Capítulo 30: Nuestra madrugada eterna.

69.9K 5.4K 5K
                                    

Está tan oscuro en la habitación, y los techos son altos. Conoces la sensación, ya has estado aquí anteriormente. Hay un viejo banco roto, y un llanto de eco. No subestimes tu respiración, y tu pesado tiempo. Perdiste tus palabras, pero encontraste la rima, y ahora es todo poesía. Las paredes están cantando "aleluya amén" las paredes están cantando "aleluya amén", con el tiempo lo encontrarás. La vida es una pintura, y tú eres el artista, así que abre tus ojos. Nunca es demasiado tarde para limpiar el lienzo...te prometo que todo estará bien. - Sanctuary / Paradise Fears.


"Las alas rotas también pueden volar alto si se las empuja con el viento adecuado..."


Fríos, grises, tristes, y atentados de gente llena de desesperanza. Así estaban los pasillos del hospital público de Doncaster por los cuáles caminaba Harry a paso presuroso. El joven de orbes verdes sabía que había gente a su alrededor, que había médicos, pacientes, enfermeras, y niños caminando por allí también, pero sin embargo, él lo sentía como el lugar más solitario del mundo. Parecía que el mundo lo hubiese abandonado. Sólo su dolor lo acompañaba, aunque no fuese el más grato de los compañeros. Era la única compañía que sentía en esos momentos caminar a la par de él.

Mientras se hacía paso por los muchos pasillos con olor a yodoformo, recibía miradas de gente ajena. Miradas de intriga, extrañeza y cierta lástima, todas ellas caían sobre su rostro lastimado y bañado en lágrimas. Él apenas las notaba, pues sus ojos a duras penas podían parpaedar de tan hinchados que estaban, y su vista estaba nublada por las espesas lágrimas saladas. Difícilmente las notaba, pero las sentía claramente puestas sobre él, todas y cada una de ellas.

El muchachito soltó un hipido y bajó la vista, sus pies continuaban caminando impulsados por la preocupación que sentía sobre el estado de su tía. Ya no se sentía fuerzas para nada y se asombraba de que aún pudiera mantener sus piernas sin flaquear. El dolor era insufrible, todo parecía derrumbarse a su alrededor como débiles castillos de arena empujados por la más suave brisa. Todo de a poco iba tomando matices grises lóbregos.

Alzó su vista nuevamente, y con cierta dificultad notó que ya se encontraba en el pasillo número quince, tan sólo le faltaban unos cuantos pasos más y llegaría al pasillo diecisiete. Respiró hondo y continuó marchando aquella corta distancia que parecía interminable.

A medida que se iba acercando, su corazón comenzó a bombear a un ritmo más acelerado de lo normal, llevando y trayendo hacía todo su cuerpo la sangre que parecía helada por el pánico. Harry no quería llegar, no quería ver a la mujer que lo había criado, cuidado, amado, en un estado deplorable y luchando por su vida. Él quería saber que las cosas estarían bien para ambos... ¿Por qué la vida se empeñaba en traerle nada más que pesar a su existencia? ¿Será que había hecho algo tan malo para merecer todo lo que le estaba ocurriendo?.


Finalmente, la habitación número treinta tres se hizo visible casi al final del pasillo. Harry soltó un largo suspiro tembloroso mientras observaba ese corto dígito pegado a la puerta. La sección del hospital en dónde se encontraba, era la sección para personas en estado critico, y en una de esas habitaciones estaba su tía, la mujer que lo había acompañado en sus años más esenciales. La misma que había estado en todo momento junto a él en cada momento importante, la que lo había educado, cuidado, y amado incondicionalmente. Entonces una oleada de tristeza atravesó el cuerpo débil del joven y éste casi se deja caer allí mismo, pero con gran esfuerzo, el joven se mantuvo en pie. Harry reprimió su llanto al borde de salir y tomó la perilla con vacilación. En ese mismo instante, la cabeza del rizado comenzó a prepararlo para lo peor, para afrontar cualquier consecuencia que pudiese venir a continuación, o luego de esa noche, pero Harry tan sólo quería mantener la esperanza intacta, aunque a esas instancias ya era casi imposible de hacer. Ésta también parecía haberlo abandonado.

As happened to Cinderella {Larry Stylinson} TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora