Capítulo 27: Cayendo en picada.

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El escape está en mis venas, el miedo en mis huesos, pero no quiero caminar esta carretera, por favor ayúdame. Sujeta mi mano, ya puedo escuchar a los fantasmas llamando, ayúdame a mantenerme en pie, incluso aunque el cielo se esté cayendo. Quiero que sepas que no puedo hacer esto solo, por favor, sujeta mi mano. Tú eres la razón por la que no puedo escribir una diferente historia, levántame que estoy cayendo de rodillas otra vez, cariño. Sujeta mi mano, puedo sentir a los fantasmas llamando, ayúdame a mantenerme en pie, puedo ver cómo el cielo se va desmoronando. Te necesito, sujeta mi mano... - Hold my hand / The fray.


Dos horas habían pasado desde aquel fatídico hecho que había dejado a Louis hecho trizas y hundido en un mar de lágrimas. El joven seguía sentado en el suelo de su cuarto, recostado contra la puerta y preguntándose una y otra vez "¿Por qué?". Jamás había llorado tanto como lo había hecho una hora atrás, y sus ojos aún ardían por tal lagrimeo. Estaban rojos, hinchados y escocían más que una herida a la que cual se le echaba sal encima.

Soltó un tembloroso suspiro y su mano hizo su camino por inercia al collar que reposaba en su cuello. Lo aferró con fuerza en su puño. Aquel collar que mantenía a juego con su novio, aquel pequeño avión de papel. Le había dicho a Harry que juntos aprenderían a hacerlo, y así lo hizo. Había aprendido a volar. Había atravesado cielos celestes y grises nubarrones junto a Harry, quizás no los suficientes para poder tener experiencia, pera había volado alto. Sin embargo, ahora sentía cómo su cuerpo caía en picada, y podía ver claramente el fatal aterrizaje que lo esperaba debajo. Quizás lo peor de todo aquello, era probablemente el saber que ni Harry podía ayudarlo, porque él también caía junto a él.

Soltó un débil sollozo y aferró sus piernas con fuerza. Quería escapar, escapar lejos a algún lugar en dónde la sociedad fuese comprensible, fuese blanda y abierta de mente, tanto como para no juzgar a dos chicos enamorados tomados de la mano. ¿Por qué su madre reaccionaba como si hubiese matado a alguna persona? Si tan sólo se había enamorado...¿Era eso realmente tan malo?

Aferró el piercing en su labio con ímpetu y comenzó a tironear de él. Dolía y sabía que ya había sangre, pero quería subyugar aunque fuese por unos instantes todo el dolor interno que sentía en esos momentos.

Unos pasos se oyeron por el pasillo y luego golpes fuertes a su puerta.

-Baja en este instante a cenar Louis. Tu padre ya llegó de trabajar y ambos tenemos que hablar contigo muy seriamente.-

Jay espetó en un tono duro y reacio.

-No voy a cenar. No tengo apetito.-

Respondió de inmediato el ojiazul, limpiando los restos de lágrimas secas que enfriaban sus mejillas.

-No fue una pregunta la que te hice Louis. Tienes cinco minutos para bajar a la sala.-

Sin acotar más, los pasos se alejaron nuevamente por el corredor.

Louis se tomó su tiempo para bajar. No fueron cinco minutos como le había ordenado su madre; él espero a que sus ojos volvieran un poco a la normalidad para pasar desapercibidos luego de tantas lágrimas derramadas. Cuando su rostro fue más o menos presentable, a paso lento bajó las escaleras.

As happened to Cinderella {Larry Stylinson} TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora