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El castillo es un desastre, con Loki preocupadísimo sobre su apariencia. Thor ha contratado a los profesionales necesarios para que luzca como toda una reina, y él camina de un lado a otro, a veces grita para sacar el estrés que le causa tanta ansiedad.

— Loki, respira — pide Thor, cree que en cualquier momento su hermano podría explotar.

— No lo entiendes, ya es muy tarde y aún no llega mi spa privado — responde histérico — no sé qué voy a hacer, Thor.

— Cariño, faltan muchas horas aún — intenta tranquilizar, pues era verdad, aún era temprano — ya llamé y ya vienen, ¿de acuerdo?


Loki se tranquilizó un poco y al cabo de unos veinte minutos llegó un grupo de mujeres, dos de ellas para arreglar sus pies y manos, una más para realizarle exfoliaciones y mascarillas, y una última para darle un masaje. Exhaló dramáticamente cuando las vio llegar y ellas rieron, obviamente a él no le había gustado aquello, pero de cualquier forma no dijo nada y las guió a su habitación.

— Loki, el estilista vendrá en dos horas — dijo Thor apenas ingresar a la habitación.

— ¿Crees que nos de tiempo, hermano? — dijo un joven príncipe vestido únicamente con una bata de paño y con la cara verde, además de una rodaja de pepino en cada ojo.

Thor lo observa, está recostado a una gruesa almohada de gel mientras le arreglan pies y manos; la mujer encargada del masaje está preparando todo lo necesario. Entonces Thor ya no sabe si les dará tiempo, pero decide que lo mejor es decirle a Loki que no se debe preocupar por eso. El rey de marcha cuando le han retirado las rodajas de pepino a su hermano para que pueda elegir el diseño de sus uñas. Loki acabó eligiendo la manicura francesa en tono rosa pálido, decorado con finas perlas; para sus pies tan solo sería el esmalte rosa.
Cuando finalmente la pintura de sus uñas se secó, le pidieron quitarse la bata de paño y tumbarse sobre su cama; así lo hizo y una de ellas le cubrió el trasero. El masaje con piedras volcánicas fue tan relajante que no pudo evitar dormirse, y su spa privado se marchó apenas terminaron de recoger sus materiales.


— Cariño, despierta — llamó Thor hablándole quedito — ya está listo tu baño.

Loki despertó casi de inmediato, le había pedido a Thor un baño caliente con pétalos de rosa, según él para absorber el buen olor de estas. Lástima que solo pudiera tardarse treinta minutos allí, pues era lo que faltaba para que llegara el estilista.

— Mira mis uñas — dijo poniendo una de sus manos muy cerca de Thor, y el rey la tomó para examinarla — ¿qué te parecen?

—  Están muy bonitas, amorcito — Loki sonríe arrogante ante ese cumplido.


Una de las sirvientas del castillo llamó a la puerta para avisar que el estilista había llegado, entonces Loki salió de su perfumado baño. Mientras Thor fue a recibir al hombre y llevarlo a su habitación, él se secó y se vistió con prendas interiores nuevas sin costuras y se cubrió con una bata de seda. El hombre llegó junto a Thor y lo saludó, y después de colocar todas sus pertenencias a la mano, hizo sentar a Loki en una cómoda silla frente al gran espejo de su habitación.


— Muy bien, Loki. Tu hermano me ha contado que tienes un baile victoriano esta noche, y que deseas obtener la corona — le habló viendo al reflejo del príncipe — dejame decirte que estás en las mejores manos del continente — el hombre no mentía, Thor no había escatimado en gastos para la gran noche de Loki. Si su hermano pudo ser de los mejores promedios todos esos años, porqué no darle esto.

El estilista inició colocando algunas extensiones, Loki tenía el cabello largo, pero no lo suficiente para el peinado que habían elegido. Siguió con la ondulación del mismo y le creó un elegante flequillo; varias trenzas resaltaban adornando su peinado, las cuales fueron adornadas con pequeñas perlas. Finalizó su creación colocando un bellísimo adorno de plumas azules.

Teen Loki y Thor Onde histórias criam vida. Descubra agora