Alguna vez... [Terminada]

12.

Alguna vez…

¿Has buscado un alma como la tuya?

.

—Fu, no entiendo ¿Cómo que alguien pidió un deseo? —cuestionó.

—los Miraculous… Han sido activados, han concedido otro deseo.

—espere —reaccionó reflexionando las palabras de su contrario —¿Otro deseo?

—el día de la desaparición de Marinette se dio el primer deseo, aunque hace mucho tiempo que se había pedido —explicó —era un intercambio —observó al joven —aunque no era algo importante…

—Fu, alguien pidió un deseo, es lo que siempre tratamos de impedir ¿Cómo es que no sea algo importante?

—el deseo fue pedido por Marinette.

—¿Cómo sabe eso? —escuchar aquello desmoronó un poco su seguridad.

—solo lo sé —Fu se encogió de hombros.

—maestro, no puede venir a decirme que Marinette pidió un deseo, excusándose solamente con que solamente lo sabe.

—Adrien, no tengo todas las respuestas.

—¿Por qué esta aquí? —cuestionó —sí realmente podía ayudar en esto usted me hubiera buscado meses atrás —bufó.
—lo tenía bajo control —titubeó —pero… Algo pasó, algo cambió dentro de esta persona —apretó sus labios —su esencia volvió a decaer.

—¿Cómo sabe eso?

—no puedo responder a todas tus preguntas —el rubio apretó sus labios —Adrien, no estoy pidiendo tu ayuda.

—Sí es así ¿por qué esta aquí?

—solo quería informarte acerca de esto…, hasta pronto Adrien —se giro sobre sus talones, regresando por su camino.

—maestro —llamó, obligando al hombre a detenerse —¿Es un deseo que puede causar estragos?

—todos los deseos causarían estragos, solo que algunos pueden pasar desapercibidos, no sé si puedes entenderlo…

—¿Por qué no ha hecho nada?

—Adrien, proteger lo mismo por tantos años resulta agotador —con sus últimas palabra siguió su camino, logrando así confundir más al rubio.

—pero usted es el guardián.

—creo que ya no lo soy —confesó —por cierto —detuvo su andar una vez más —¿Ya comenzaste tu búsqueda de un alma que encaje con la tuya?

—¿Qué? —regresó su mirada al maestro, sin embargo ya se encontraba en medio de la calle, solo, tal vez después de todo su era su destino.

Suspiró con pesadez, escuchando la pregunta de Marinette, la cual había pasado a segundo plano al saltar en sus pensamientos sin un chaleco salvavidas.

¿Qué si alguna vez había querido cambiar el pasado?

¡Claro que desearía cambiar el pasado!