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Alguna vez

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Alguna vez...

¿Has pensado que era solo para ti?

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—Marinette, tienes que comer algo —escuché, pero me negué a quitar las sábanas que cubría mi cuerpo, a salir del pequeño escondite que había creado desde que mi vientre abultado había desaparecido, solloce y luché contra la persona que pretendía quitarme las sábanas.

—¡Déjame de una vez! —grité, soltando patadas como una desesperada, por sus quejidos entendí que había logrado lastimarlo, pero en ese instante no me importo de donde había sacado las fuerzas.

—¡carajo Marinette! —siguió, a lo que me trate de hacer aún más bolita, aquella voz no se acercaba a la que rogaba por escuchar, sollocé de nuevo ante los recuerdos frescos.

—podrías irte y dejarme morir Luka —susurré de pronto, sentí un peso del otro lado de la cama, lo cual llamó mi atención pero me obligó a cubrir mi boca para no asustarlo.

—Nadie quiere que estés así —murmuró.

Sin soportarlo quite las telas que me cubrían, para mirarlo con furia en mis ojos, el cabello enredado, las marcas saladas en mis mejillas y el sabor a perdida en mi boca.

—¿Quién te crees para decirlo?

—la persona que te ama —susurró, lo que me hizo encogerme en mi —que te ama y te ayudara a superar esto.

—Luka, yo no —me removí un poco, sintiendo la almohada de la persona que más amaba golpeando mi cintura, lo que me obligó a soltar un nuevo sollozo —no te quiero a ti Luka, lo quiero a él —dije aun sabiendo que lo lastimaba —lo quiero a él, quiero que este conmigo ahora, quiero que traiga de regreso a mi bebé, lo quiero a él —repetí como si se tratara de un mantra, sintiendo como volvía a romper a llanto, lo que llevaba haciendo más de un mes cada mañana, cada tarde, cada noche y cada madrugada.

—bien —soltó, levantándose para tomar el plato de sopa y dejarlo justo frente de mi, por un momento me odie por ser así con él, pero me recordé que yo no era la única insensible en la habitación.

Luka se fue, dejándome de nuevo sola con el aroma a él, los recuerdos del amor de mi vida y el llanto descontrolado de mi bebé.

Trague saliva, deje el plato de sopa en el buro y camine descalza hasta la puerta de mi casa.

—¿Lograste que comiera? —escuche la pregunta de mi madre, luego el sonido de cubiertos, Luka negó con la garganta y tomó las llaves de su automóvil.

—voy a regresar a París esta tarde, ya estoy acabando mis días de vacaciones —informó Luka a mis padres, a lo que ellos le agradecieron su preocupación por mi, di un paso para salir de nuestra habitación, luego retrocedí sabiendo que no podría huir con una pijama de tres días y sin zapatos; una vez me metí a la tina, procurando no hacer el menor ruido que alertara a mis padres o Luka, me di un rápido baño mientras mantenía las lágrimas a raya. Al salir en volví mi cabello en una toalla y me puse una remera rosa con un pantalón mezclilla, junte mi cabello y a pesar de encontrarse húmedo lo ate en un moño para colocarme un gorro para el frío.

Alguna vez... [Terminada] Where stories live. Discover now