☆Capítulo 4: Todo se fue a la mierda... otra vez. Part. 2 (TW)

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Enfermos Mentales. Capítulo 4: Todo se fue a la mierda...otra vez. Part. 2

(Advertencia de contenido sensible)

Mientras las ruedas de caucho de la minivan rodaban por las calles de Portland a velocidad máxima, dejando atrás todos los hermosos paisajes verdes; en el asiento de conductor, James llevaba el volante, con Alex de copiloto. La segunda fila, Sara y Sheyla trataban de despertar a Erick con alcohol y agua. En la última fila, Elizabeth revisaba el rostro de su hermano tratado de curar algunas heridas superficiales con el pequeño kit de emergencias en el auto de James.

-Hermana, por más que creas que vine aquí solo a "divertirme" por así decirlo, también vine porque ella dijo que necesitaba mi ayuda. ¡Ah! -se quejó el al sentir como Eli lo lastimaba sin querer.

-¿Y me dices por qué coño tiene que meterte a ti en esto? -preguntó ella pasando una toallita humada por su frente ensangrentada.

-Dijo que alguien le quería hacer daño, y me ofrecí para cuidarla.

-Claro, ¿Y la defenderla con tus grandes músculos, no? Ya vimos como acabó eso -le espetó tratando de que viera la realidad.

-¿Qué querías? ¿Qué le dijera que no? ¿Qué pareciera un cobarde? -contraatacó cansado de escuchar lo mismo-. ¡Ah! ¡Espera, espera! ¡Para! ¿Sabes? Empiezo a creer que me lastimas apropósito -dijo mirando a Elizabeth, esta solo se limitó a sonreír con los labios cerrados maliciosamente.

-Jack, eres muy joven. Debes aprender a decir no. Eres un chico inocente dentro de lo que cabe. -El sonrió entendiendo la referencia con doble sentido-. A veces... hay personas malas que solo quieren aprovecharse de eso. Ven que eres noble, fácil de manipular. Ahora imagínate a alguien noble e inocente, enamorado de una arpía de unos 17 años que sabe lo que siente el chico y lo usa para su beneficio. Solo quería a alguien que entretuviera a...

-Su ex... -completó el.

-Para ella poder escapar -confirmó Elizabeth acariciando las mejillas del chico, sin importarle que tan herido esté.

-Lo peor es que todo eso que dijiste, ya lo sabia. Pero era más divertido vivir una mentira que enfrentarse a la realidad -confesó sonriendo con desilusión, ganándose la mirada de compasión de todos en la minivan-. Era divertido hablar, jugar ¡Reír! Con alguien, aunque sabía que solo era un mentira, era más divertido que estar solo. Tener charlas subidas de tono en la madrugada con alguien con quien sabía que nunca tendría posibilidad, era más divertido que hacer lo que hace cualquier adolescente de 15 años solo en casa casi todos los días. Simplemente... sabía que era mentira, pero era más divertido creer que me quería.

Elizabeth no supo que decir. Su hermano se estaba desahogando con ella y ella no sabía como actuar. Miró al frente pidiendo ayuda, pero todos le esquivaron la mirada. Ella solo se limitó a mirar a su hermano fijamente unos segundos.

-Tranquila, si no sabes que de... -No pudo terminar su oración, pues su hermana lo interrumpió con lo único que se le ocurrió. Rodeó el cuerpo de su hermano con sus brazos en un caluroso abrazo que esperaba expresara todo lo que ella no pudo decir.

-Sabes que lo que sea puedes decirme ¿Ok? Puedes confiar en mí -dijo ella mirándolo con súplica.

-Sí -dijo con una sonrisa de labios cerrados, contagiándosela a Eli.

Enfermos Mentales: Edificio del terror. [Libro 2]Where stories live. Discover now