☆Capítulo 31: Dulce cena navideña.

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Enfermos Mentales. Capítulo 31: Dulce cena navideña.


Eli y su grupo trataban de hablar lo más bajo posible en la habitación escondida para evitar ser oídos en el pasillo lleno de guardias, atentos a cualquier mínimo movimiento. Los mismos serios guardias que se habían marchado aquella fatídica noche del gas y ahora se preocupaban por la seguridad de los internos. Si las personas que se supone deberían protegerlos los abandonaba así por un par de billetes, ¿Qué más se puede esperar del resto de trabajadores que posiblemente sean cómplices de lo que pasa en el internado?

Había llegado la noche que cada año la antigua Eli esperaba con ansías y emoción. Él único día del año en que era completamente feliz con su madre, su hermano y convivir con Richard no era tan desagradable. Ni hablar de como era muchos años atrás; junto a sus padres y sus 3 hermanos, y un par de familiares que acompañaban a veces. Nadie se resistía a la rica cena que preparaba Eliza y las locuras de los hermanos Evans, acompañados de las asombrosas historias de su padre. Todo esto en una noche. La mítica noche: noche buena.

Ahora esas bellas noches solo vivirán en su memoria. Era la primera noche buena, la noche antes de navidad, que pasaría alejada de su familia. Dos de ellos estaban muy ocupados haciendo su vida y los otros tres pues…. están muertos. Pero esto no significaba que se quedaría de brazos cruzados mientras todos disfrutan con sus familias y OX buscaba una forma de joderlos.

—¿Qué tal está Sara? —preguntó Shey a Jennifer.

Habían acordado mandar a Sara al edifico principal mientras se recuperaba de lo sucedido. Se quedaría con Jenn en su habitación. En las revisiones de internos en las noches, debía esconderse en el armario o en el baño. No podría salir de esa habitación hasta que todo acabara. No podían arriesgarse a que la encuentre algún empleado que esté involucrado con lo que pasa en el internado. O que se encuentre al mismísimo Sr. Goldman o su secretaria.

—Está bien. James dice que poco a poco está volviendo a ser la misma. Pero yo la sigo viendo igual de chiflada que siempre —anunció despreocupada, aunque Eli pudo distinguir un atisbo de preocupación en su expresión. Tenía la sospecha de que Jennifer ya se había encariñado con aquel grupo de marginados.

—En tu idioma, eso es bueno —respondió Alex.

—Perfecto. Con Sara estando bien, solo hace falta esperar al día de mañana. Jenn, ¿Ya tienes los vestidos?

—Sí, pero no pude encontrar ropa de sus estilos. Ya sabes, de callejeras sin clase. Lo siento. James también ya consiguió los trajes.

—Genial. Mañana en el baile aprovecharemos para explorar todos los pasillos secretos que conocemos hasta ahora. Si las cosas salen bien, podremos descubrir lo que pasa en el internado, extorsionar al decano con eso y…

—Manejarlo a nuestro favor —propuso Jenn emocionada.

—¡No! Descubrir quien es OX y entregarlos a ambos a la policía.

—A veces me pregunto por qué sigo hablando con perdedores como ustedes.

—A veces me pregunto por qué no te hemos entregado como carnada —respondió Sheyla, fingiendo concentración al mirarla.

—Bueno… supongo que ya eso es todo hasta mañana —anunció Eli ignorandolas.

—Así que, ¿Qué piensan hacer para esta noche buena? —preguntó Erick.

—Uff, no lo sé, hay tantas actividades divertidisimas para hacer aquí que me cuesta decidir —respondió Alex con sarcasmo, ganándose un gruñido de su parte.

Enfermos Mentales: Edificio del terror. [Libro 2]Where stories live. Discover now