☆Capítulo 15: Momento de la verdad. (TW)

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Enfermos Mentales. Capítulo 15: Momento de la verdad.

(Advertencia de contenido sensible)

Sheyla pegó la frente del cristal, observando por la ventana de Erick que daba directamente al campus, donde los policías metían el cadáver casi completamente descompuesto de Peter, el ex de Jenny, en una bolsa negra. Lo subieron a una camilla y lo metieron en la parte trasera de una camioneta. Sheyla quitó sus dedos de la cortina, dejándola cubrir la vista de la ventana mientras ella se apartaba.

Miró al otro lado de la habitación, donde Alex trataba de tranquilizar a Jennifer sentada a los pies de la cama de Erick. Los demás daban vueltas en la habitación pensativos, mientras Sara los observaba con la mirada pérdida, sentada en la silla frente al espejo y cajonera de Erick.

—Era él —dijo Jennifer, antes de comenzar a hablar entre dientes—. Era Peter, la última vez que lo vi estaba bajo un acantilado. Se supone que lo habían enterrado.

—Lo hicimos —dijo Alex.

—Debí esperarmelo. Si no saben ocultar secretos, ¿Por qué sabrían ocultar un cadáver?

—Lo ocultamos bien.

—¿Cómo están tan seguros de eso?

—Porque la última vez que yo lo vi estaba a 2 metros bajo tierra —le encaró Sheyla adentrándose a la conversación.

—¿Sí? ¿Y por qué diablos no se quedó ahí?

—Porque un maniático lo sacó y lo metió en el ataúd de decoración —interrumpió Erick—. ¿No se dan cuenta de lo que pasa? Todos vieron el cadáver. ¿Le falta media cara? Sí. ¿Tiene la cabeza abollada? También; pero cuando los forenses descubran de quien es el rostro, nos relacionen con él y vean los cientos de cabos sueltos que dejamos, no les será difícil llegar a una conclusión y terminaremos en dos lugares: en la cárcel o en el E.D.T.I nivel 2. Recen porque sea la primera —explotó comenzando a dar vueltas en la habitación.

—Mi primo estuvo en la cárcel, dice que si te portas bien te tratan bonito —interrumpió Sara riendo con la mirada pérdida.

—Si que te golpeen diario por ser presa fácil es bonito… —respondió Erick matándole la ilusión.

Sara volteó a mirar a Sheyla en busca de una confirmación, pero esta solo pudo apartar la mirada y rascarse la nuca.

—¡Oh Dios, no quiero ir a la cárcel!

—¡Ninguno irá a la cárcel ¿Bien?! Encontraremos la manera de explicarlo —dijo Alex tratando de calmarlos.

—¿Y quién lo hará? ¿Tú? ¡Ja! Los veo en prisión —interrumpió con sarcasmo Jennifer.

—¿Por qué no tratamos un problema a la vez? ¿Sí? —interrumpió Eli quitándose la peluca de Marilyn Monroe y dejándola sobre la cama—. Erick tiene razón, alguien desenterró el cadáver y lo metió ahí. No creo que uno de sus secuaces sea tan sádico y leal para hacer algo así. Así que la persona que lo hizo es la misma que me visitó anoche en la cabaña, pidiéndome unirme a él o ella.

—Y obviamente no es este manojo de nervios ¿Verdad? —preguntó Shey refiriéndose a Ben, el chico que habían atrapado por error la noche anterior, atado de pies y manos con el listón azul del disfraz de Sara y el cinturón blanco del disfraz de Eli, siendo sostenido por James y Erick.

—No, es o una víctima más como nosotros o uno de sus secuaces —continuó Elizabeth, recordando que OX aparte de jugar con ellos, jugaba con todo el internado—. Eso nos lo dirá él justo ahora.

Enfermos Mentales: Edificio del terror. [Libro 2]Where stories live. Discover now