Capítulo 16

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-Y-yo, lo conoc...- Balbuceo al principio, iba a seguir hablando pero un sonido hace que corte.

"Ding Dong"

¡EL TIMBRE DE LA ENTRADA! ¡OH GRACIAS GRACIAS! ¡A LA PERSONA QUE HAYA LLEGADO LA BESARÉ!

-Iré a abrir.- Digo rápidamente, levantandome y tropezando con todo, llego hasta la entrada y agarro un poco de aire, la abro.

-¡Hola, hermanito!- Iugh, no besaré a Zabdiel. Mientras pasa su brazo por mi hombro, se acerca a mi oído.-Conocí al hermano de Joel, es super raro- Susurra.

Un chico se acerca a nosotros a paso apresurado, tiene el cabello lacio, no como Joel, es un poco más bajo que yo.
Israel Pimentel, sé mucho sobre él, mi trabajo dispone de mucha información sobre todas las personas de esta ciudad, al ser muy pequeña, puedo saber mucho sobre todos.
Israel, tiene diecinueve años, es estudiante universitario, lleva muy buenas notas, vive con sus padres, tiene una mascota, para ser más específicos, un ratón llamado Hamburguesa, le gusta bailar y pintar, es amigable.

Llega hasta nosotros y nos observa confundido. -¿Tú eres Erick Colón, mi cuñado falso?- Pregunta confundido observando mi cuello. Entonces recuerdo que todavía está pegado a mí como chicle a un zapato, me suelto de su agarre.

-Sí, mucho gusto, Israel, él es mi hermano Zabdiel.- El chico suaviza su expresión y toma mi mano en un saludo.

-Sí, lo acabo de conocer camino hasta aquí.- Dice encogiéndose de hombros. Y nos regala una sonrisa amable, la cual le devuelvo.

-¿Por qué te dijo cuñado falso?- Dice un rubio desconcertado a mi lado.

Abro los ojos con terror, Zabdiel sigue sin saber sobre esto. Mi mirada recae en él y busco una excusa para eso, no hay, qué decirle a tu hermano mayor para que te crea cuando sabe perfectamente bien cuando mientes.

Suspiro. -Luego te explico, ¿sí?- Digo rendido al saber que no habrá de otra. Cuando Zabdiel se entera de alguna mentira, no te deja en paz hasta que le hables con la verdad.

Titubea. -Está bien.- Dice no muy convencido.

-Erick, ¿por qué tardas tanto en..- Joel se acerca hasta la puerta. -Oh, hola, chicos- Los dos lo saludan agitando sus manos en el aire con una sonrisa. -Pasen.

-Ya sabía que podía entrar- Dice Israel saltando hasta el pasillo.

Joel rueda los ojos. -¿Qué haces aquí?- Pregunta deteniendo sus pasos. -¿No deberías estar ayudando a mamá en las compras?- Pregunta alzando una ceja con expectación.

El menor abre su boca con indignación. -¿Ahora no puedo venir a visitar a mi hermanito, precioso, gordito y amargado?

Zabdiel ríe por los apodos, yo cubro mis labios evitando soltar una carcajada. Joel nos dedica la mirada más asesina que pudo haber conseguido.

-Vamos, llorón- Su hermano, riendo, lo toma del hombro y lo hace caminar.

-No soy gordito- Se observa de arriba a abajo. -ni amargado- Pausa. -mucho menos llorón- murmura muy bajo con un puchero, siendo arrastrado por Israel.

Avanzamos hasta la sala, no hay nadie.

-¿Chris?- pregunta el rizado al no verlo en la sala, ni Max estaba ahí. Un sonido estruendoso de algo cayéndose, seguido de un "Mierda", se escucha desde la cocina. Nos dirigimos hasta ahí.

Israel es el primero en entrar y gritar. Nosotros tres damos un pequeño solto del susto por lo chillona que sonó su voz.

-¿Qué pasó aquí?- Pregunto al ver platos rotos en el suelo, chocolate sobre la barra, cucharas arriba de ese chocolate y a un Maxi con chocolate mezclado con algo rosa alrededor de su boca, ni hablar de Christopher en el suelo recogiendo unos vidrios rotos, sus lentes con manchas rosas y cafés, su cabello con chocolate y un bote de helado de fresa a su lado.

Los dos miran en mi dirección levantando ambas palmas de sus manos junto a un "Yo no fui", y ojos suplicantes de inocencia.

-¿Y entonces quién hizo éste desastre?, ¿una ardilla?- Ambos asienten. Suspiro. -Max.- Llamo su atención.

-Tío Chris me dio chocolate y helado de fresa, papi- Dice señalando al recién acusado.

Joel estaba a punto de decir algo, pero Chris lo cortó. -Bah, sí lo hice, pero, tengo una muy buena razón- Dice sonriendo inocentemente.

El rizado le hace un ademán para que prosiga. Christopher abre la boca, luego la cierra al ver que no sale nada, la vuelve a abrir, para de nuevo volverla a cerrar, algo así como un pez. -Bien, cuando tengas una razón me la dices, pero ahora, tendrán que limpiar todo este desastre que hicieron.- Los dos sueltan reproches.

-Sí, hagan caso- Israel pronuncia acercándose a pasos sigilosos hasta el bote de helado y lo toma rápidamente. -Tienen que aprender a no comer cosas que no son suyas- Dice llevándose una gran cucharada de helado hasta su boca. Sus ojos van hasta el castaño tirado en el suelo. -Hofa Chfitofer, cufanfo tiemfo.

Esposo por contrato • Joerick • TerminadaWhere stories live. Discover now