Amor platónico

29

Estaba regresando de estudiar el lunes. Estaba subiendo las escalera y por primera vez desde que vivía ahí, había gente. Nunca usaban las escaleras, excepto yo. Habían como unas 5 a 8 chicas. Algunas estaban hablando entre ellas, mientras que otras estaban muy atentas por si alguien subía o bajaba las escaleras.

Subí con una sensación extraña mientras que ellas hablaban de quién sabe que. Cuando subí por completo estas, me sentí liberada.

Abrí la puerta de mi dormitorio, y antes de que pueda cerrarla, alguien viene muy rápido, entra y cierra con mucho cuidado.

_Shhh... -susurra con el dedo sobre los labios- Están buscándome, debo quedarme aquí.

No sabía qué hacer, si estar feliz porque por fin pude ver después de mucho a la persona que me hizo feliz en la adolescencia, o estar molesta con ella por nunca volver antes ni darme rastro de vida.

_Así que estás bien... -dije al final.

_Supongo -dijo sentándose en el sofá- Hay días mejores...

_Nunca regresaste... -solté sin darme cuenta.

_Era lo que querías, ¿no? -dijo un poco más serio- Lo que me dijste, ¿no?

_Sí... -dije un poco apenada- Era lo que quería, supongo.

Entonces el silencio se volvió más que incómodo, molestoso.

Suga se paró y se fue a la cocina. No le pregunté ni lo detuve, no le dije nada.

Escuchaba como intentaba prender la cocina, como sacaba cosas de la refrigeradora, como abría y cerraba los cajones.

Al final, decidí acercarme, sino era para ayudar, al menos quería ver qué estaba haciendo.

_¿Qué buscas? -le digo sentándome en uno de las sillas de la cocina- ¿Ramen?

_No están en el cajón -dice sin dejar de buscar.

_Ah... Reordené mi cocina después de que te fuiste, así que algunas cosas no están donde solían estar.

_Entonces, ¿dónde esta el ramen? -dijo pareciendo un poco molesto.

_¿Te estás molestando conmigo? -dije y suelto una risa irónica- ¿Todavía que es mi casa?

Chasquea la lengua en forma de fastidio.

_Tengo hambre -dijo ahora con un tono un poco más amable.

Entonces me paré y saqué varios paquetes de ramen, pollo y algunos condimentos. Me dirigía a tomar la olla y llenarla de agua para poder preparar el pollo cuando Suga se acerca y me arrebata este.

_Oye -me quejo- Todavía que estoy haciéndolo.

_Yo puedo hacerlo -dijo llenando la olla de agua.

Ahora yo chasquee la lengua.

Entonces me volví a sentar para observar como intentaba preparar la sopa. Hacia todas las cosas con torpeza; sin embargo, estaba serio y concentrado. Solté algunas pequeñas risas sin que él se de cuenta.

Habían pasados ya varios minutos y todavía no prendía la cocina.

_Con este paso vamos a comer el otro año -dije cómica .

_Así que has aprendido a ser bromista -dice.

_Desde que nací -dije parándome y ayudándolo a prender la cocina.

Se ríe, como siempre, pareciendo una risa fingida.

_Te dije que yo- -dijo pero lo interrumpí.

_Te voy a ayudar -dije mirándolo directamente a los ojos.

Por fin me atrevía a hacer eso. Ya no me sentía extraña con Yoongi, ahora lo veía como un persona común y corriente. Ya no lo veía como un amor platónico imposible, sino que un tipo que es muy serio y cansado.

_Aish -dice- Haz lo que quieras.

Inconsistentemente estábamos cocinando juntos. No nos habíamos dado cuenta ya qué estábamos concentrados en cocinar.

Mi celular suena: Era un número desconocido.

_¿Hola? -dije alejándome un poco de la cocina.

Pude sentir como Suga dejaba de hacer las cosas, al parecer, como si quisiera escuchar mi conversación.

_Hola -dijo una voz tierna y profunda.

_¿Taehyung? -dije sorprendiéndome un poco.