QUISIERA ALEJARME. {Paulo Dybala}

26.

El día del partido contra Bélgica, al mediodía, estaba saliendo de la clase de actuación cuando se me acercó una chica de pelo oscuro y ojos claros, tenía más o menos mi edad.

— ¿En serio sos la hermana de Higuaín? — me preguntó.

— ¿Disculpame? — dije yo.

— Eso dicen las chicas — dijo señalando a un grupo de chicas que caminaba por detrás de nosotras. Ellas nos miraban y susurraban cosas.

— Ah... bueno, sí — respondí finalmente. A veces se me acercaba gente a hablarme de mi hermano, cuando eso pasaba podían suceder dos cosas: a) lo puteaban y me pedían que le diga que se retire de la selección, y b) me decían que le pida un autógrafo para ellos o que los lleve a conocerlo. Aunque no me gustaba mucho que me vengan a hablar de Gonzalo, prefería la segunda opción.

No sabía lo que querría aquella chica de mí.

— ¿Cómo te llamás? — le pregunté.

— Camila — dijo ella sonriendo —, vos sos Kiara ¿no?

— Sí — asentí volviendo a mirar al grupo de chicas, ellas seguían observándonos —. ¿Sos amiga de ellas?

— No, pero escuché su conversación.

— ¿Qué decían?

— Hablaban de vos, de tu hermano y algo de que eras amiga de Dybala.

— ¿Cómo saben eso?

— Lo vieron en Instagram — ella se encogió de hombros. Me acordé de la foto que había subido Paulo a si historia de nuestra videollamada.

La conversación me estaba aburriendo, no había empezado las clases para que la gente me hablara de mi familia o amigos. Quería volver a casa y pasar tiempo con mi mamá y ver a mi hermano Lautaro.

— Te salió re bien el ejercicio — dijo ella después de unos segundos de silencio.

— Gracias — sonreí yo.

— ¿Es la primera vez que actúas?

— Cuando era chica iba a comedia musical, hice como 4 años, pero no quedaba en ningún casting y terminé dejando — dije yo —. ¿Vos?

— Yo empecé el año pasado, como hobby, pero me encanta — respondió ella —. A fin de año siempre hacemos una obra y el año pasado hicimos WICKED, yo hice de Nessarose.

— Ah mirá — dije yo, no sabía qué decirle —. Me re gusta esa obra.

— Sí, a mí también, me gustan mucho los musicales ¿vos cantás?

— No, a veces, pero no me gusta mucho mi voz.

— A mí la mía tampoco me gusta tanto, pero le pongo onda — respondió ella.

Después de charlar un rato me preguntó por dónde vivía, cuando le dije mi dirección me dijo que ella vivía cerca y propuso que tomáramos un taxi juntas.

— Yo vine en auto, pero si querés te llevo — me ofrecí.

— Si no te molesta, por favor.

— Dale, vamos.

Ella se sentó en el asiento de copiloto y observó absolutamente todo lo que había en el auto. Por un segundo se me cruzó por la cabeza la idea de que Camila fuera una fan loca de Gonzalo queriendo conocer a su familia para sentirse más cerca de él. Pero me dije a mí misma que eso seguramente no era verdad, que era solo una chica de la clase de actuación que quería que la llevara a su casa.