30.

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Poco después del mundial Gonzalo vino con Lara y Alma a Argentina unas semanas antes de que empezara una nueva temporada de fútbol.

Fueron días hermosos, veía a mi sobrina todos los días y mi hermano estaba de buen humor todo el tiempo, era campeón del mundo y tenía una familia hermosa que lo valoraba y amaba.

Todo iba bien hasta que un domingo a casi fines de julio mi hermano se levantó de la mesa, después del almuerzo, para atender una llamada. Se fue media hora y cuando volvió su cara era otra, llamó a mi papá para hablar con él a solas y ambos se fueron a su habitación a hablar. Entonces supe que tenía que ver con el trabajo, Gonzalo siempre hablaba con papá para contarle las buenas noticias de su carrera futbolística, y las malas también. Era con él con quien charlaba antes de tomar cualquier decisión que tuviera que ver con ese mundo.

Las horas pasaron, mi hermana también estaba en Argentina, pero había decidido irse a vivir a Inglaterra, a Manchester con el Kun. Eso me lo había contado una noche después de cenar, fuimos a cenar y me lo dijo, lo soltó como una bomba, de esas tan potentes capaces de cambiar la vida de uno, pero era una explosión positiva, aunque a mí me pusiera triste.

— Te voy a extrañar — admito que lloré un poco.

— Yo también.

— ¿Por qué ahora? No están juntos hace tanto — dije.

— Bueno no, la verdad es que solo nos vemos hace meses, y tuve miedo por mucho tiempo por muchas razones pero... bueno, te lo voy a contar. Pero no digas nada — respondió ella, estaba dudando en contarme algo.

— Me podes decir cualquier cosa.

— Te puedo decir cualquier cosa y contar con que se lo vas a decir a todos los demás — se rió ella.

— ¿Qué decís boluda? Lo del Kun no se lo conté a nadie — mentí, en realidad se lo había contado a alguien, pero esa persona ni siquiera contaba.

— Bueno, puede ser, algunas cosas te las guardas... prometeme que esta va a ser una de esas cosas — dijo levantando su dedo meñique, yo levante el mío y lo enredé alrededor del suyo. En mi otra mano sostenía mi helado, sobre nosotras, fuera de la heladería, se encontraba el cielo estrellado, bajé la mirada y vi a mi hermana que tanto quería ¿cómo no iba a guardar su secreto?

— Obvio.

— Bueno... ¿te acordás en Rusia, cuando me largué a llorar en frente de Gonza y vos?

— Sí — respondí, e hice memoria, habíamos pensado que ella había cortado con el Kun, que él le había roto el corazón o algo así. Resultó que habíamos exagerado porque ellos seguían juntos, pero nunca supimos qué había pasado —. ¿Tiene que ver con el Kun? ¿te hizo algo?

— Sí y no — ella se quedó en silencio un rato y luego sonrió y me miró —. Creo que... Sergio es el amor de mi vida, suena cursi ya sé...

— Yo te creo.

— Vos te crees todos los cuentos de hadas Kiara.

— Puede ser, pero veo como él te mira a vos, con mucho amor, y así lo mirás vos a él también sin que se dé cuenta. Si voy a creer en algún cuento de hadas, que sea en el suyo — insistí, ella sonrió y como estaba tan sensible últimamente, las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos —. Qué sensible que estás Paloma ¿qué pasa? ¿Cortaron?

— Sí, perdón — dijo secándose la cara con la manga de su campera —. No, no cortamos. Bueno, volviendo a Rusia, en ese momento tuve mucho miedo. No sabía que iba a pasar con Sergio, quise pensar que él era alguien con el que iba a mantener una relación por bastante tiempo y ahora creo que... creo que quiero estar con él por el resto de mi vida, en ese momento no estaba segura pero hablé con él y me dijo cómo se sentía él y me sentí un poco mejor, aunque seguía con mucho miedo, todavía estoy un poco nerviosa pero...

QUISIERA ALEJARME. {Paulo Dybala}Where stories live. Discover now