Capítulo Diez

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Dos corazones rotos, el tercero sería feliz

- Hola, Hyunjin - lo saludó Minho, tratando de aparentar que estaba calmado como siempre y no nervioso.

- Hey, ¿qué tal? Hace ya tiempo que apenas te veo. - Minho sonrió.- Te echaba de menos - dijo dulcemente y haciendo un tierno puchero, que provocó que el mayor pensara que moriría allí mismo.

Una mirada celosa y acusadora los escrutaba a tan solo tres metros de distancia.

- Lo sé... Es que he necesitado un tiempo para pensar bien. - El menor asintió con la cabeza, comprendiendo al mayor, aunque no sabía la razón. - Y bueno, ya he pensado suficiente.

- Vaya, me alegro - Hyunjin esbozó una dulce sonrisa, de esas que podrían curar la mayor enfermedad que existiera en el planeta.

- Hyunjin...

- ¿Sí?

- Sabes que nos conocemos ya desde hace mucho tiempo, que hemos tenido una gran amistad a pesar de estar en cursos distintos. - Minho tragó saliva. - Desde que te conocí me has gustado, y... - No pudo terminar porque fue interrumpido.

- Sí, Minho. Tú también me has gustado desde que nos conocimos - esbozó una preciosa sonrisa.

En ese instante, Jeongin guardó el libro que tenía y se fue de allí corriendo lo más rápido que pudo, con un dolor en el pecho que no podía reprimir.

- Pero no me refiero a ese tipo de gusto. - Hyunjin ladeó suavemente la cabeza y enarcó una ceja, confuso. - Me gustas, Hyunjin. Y no como amigo. - Minho agarró el final de su camisa y lo arrugó en sus manos, con los ojos cerrados, preparándose para la respuesta que diese el menor.

- Oh... - Fue lo que pudo articular. Minho agachó la cabeza. - Yo, lo siento, Minho, pero me gusta alguien más... - El mayor respiró profundamente para no llorar y asintió con la cabeza. La alzó y esbozado una sonrisa triste pero que intentaba parecer feliz, habló.

- No pasa nada... ¿Amigos? - Hyunjin puso sus brazos alrededor del cuerpo del mayor y este hizo lo mismo después de vacilar un poco, pues no se lo esperaba.

- Eso no lo dudes nunca. - Respondió, y ahí supo Minho que Hyunjin era una de las mejores personas que había llegado a conocer.

***

Jeongin se encontraba tumbado en su cama boca abajo, llorando.

- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? - exclamaba una y otra vez, escondiendo su rostro en la almohada.

El timbre sonó, y a pesar de no tener las ganas de abrir la puerta, fue hacia ella, no sin antes secarse las lágrimas y asegurarse de que se veía decente.

Cuando abrió la puerta, Seungmin automáticamente lo abrazó.

Sabía que algo malo había ocurrido cuando el menor no lo había buscado para darle la buena noticia que ambos creyeron que tendría.

- Lo siento mucho, Jeonginnie - acariciando su espalda, dejó un beso en la frente del menor.

- Yo... No sé por qué pensé que tendría esperanzas... - Dijo, volviendo a romper en llanto.

Seungmin lo llevó hasta la habitación del menor, que estaba abarrotada de pañuelos por el suelo usados.

Consiguió dejar al chico en la cama y lo tumbó, poniéndose luego junto a él, abrazando su espalda.

Jeongin no dijo nada más en esa tarde, sólo se dejó abrazar por el mayor y siguió llorando.

Cuando pasó un rato, Seungmin le propuso levantarse, darse una buen baño caliente y ver alguna serie o película con él en el sofá, con unos aperitivos que el mayor compraría mientras Jeongin se bañaba.

El menor se negó. Sólo quería estar así el resto de la tarde y noche, si es que el mayor se quedaba a dormir con él.

Al final, Seungmin se quedó con él esa noche, poniendo de excusa a sus padres que estaría solo toda la noche y el menor quería compañía.

Cuando llegó las dos de la madrugada, el mayor estaba dormido mientras que un Jeongin con el corazón roto recordaba cuando vio por primera vez a Hyunjin.

Ese día, Jeongin caminaba solo en el recreo porque no había encontrado a Seungmin. Entonces vio a un chico que también estaba solo sentado en la pared de un edificio de su instituto. Inmediatamente supo que era mayor que él por al menos un año. Decidió acercarse un poco.

- ¿Puedo? - Preguntó, intentando sonar tranquilo.

- Claro - respondió el otro. Cuando se sentó a su lado y pasaron varios minutos, el mayor habló -. ¿Estás solo también?

- Hoy sí. No encuentro a mi amigo... ¿Y tú? - Jeongin era una persona tímida, pero trató dejar de lado su timidez para hablar un poco más con ese chico que, por cierto, le había parecido hermoso. Tenía un lunar en el ojo que lo hacía mucho más atractivo de lo que era.

- Bueno, solo quería estar solo.

- Si quieres, yo... - comenzó diciendo el menor, sintiendo que estorbaba por lo que había dicho el mayor.

- No, no pasa nada. Me agrada tu compañía - le sonrió. Y en ese momento supo que ese chico permanecería en su corazón por mucho tiempo.

***

Minho se había encerrado en su habitación desde que llegó del instituto. Felix no había aparecido desde que lo vio irse esa mañana, pero en ese momento no le importabs mucho dónde podría estar el pecoso.

Estuvo pensando por mucho tiempo después de haber dejado las lágrimas de lado.

¿Fue eso lo que sintió Changbin cuando él lo rechazó? Se preguntó, comprediendo lo que se sentía cuando te destrozaban el corazón.

Entonces, tuvo una idea.

Una idea que los demás podrían tacharlo de hijo de puta egoísta sin sentimientos.

Pero no le importó en ese momento.

No le importó ser egoísta.

Él también merecía ser feliz, ¿no? Y con lo que iba a hacer, un corazón lo sería, y tal vez el suyo en cuanto pasara más tiempo.

Sin dudarlo más, cogió su teléfono y le envió un mensaje.

Changbin.

Necesito hablar contigo.

"잘못된 문자" ««Wrong letter»» [Changlix]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu