Capítulo Catorce

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Recuerdo

El menor trató de soltarse del agarre del mayor, pero no tenía la fuerza necesaria.

- ¡Todo es tu culpa! - Gritó de nuevo. - ¡Si no hubieses hablado con Changbin, nada hubiera pasado! ¡Es tu culpa! - Woojin suspiró e, ignorando lo que decía, lo llevó hasta el apartamento.

No lo soltó hasta que este entró en la casa. Cerró la puerta con llave y cuando se dio la vuelta, un portazo sonó por el apartamento, indicando que el menor se había encerrado en su habitación. Woojin se dejó caer y comenzó a llorar en silencio.

¿Por qué esto había tenido que pasar?

Cuando las lágrimas se detuvieron junto a los suaves sollozos, se levantó y miró la hora. Eran las tres menos veinte de la madrugada. Fue hasta la habitación del menor y la abrió, pues ninguna puerta excepto la del baño y la principal tenía pestillo, pero ambos se daban privacidad, por lo que siempre tocaban la puerta.

Entró y observó al chico, que estaba tapado hasta la barbilla con mantas y dormía de lado. Se acercó hasta él y se agachó en frente, mirando su rostro relajado. Sintió una punzada en su corazón al recordar lo que había vivido hacía horas.

Le acarició el cabello y besó su frente.

- Prometo que esto no volverá a ocurrir... - Susurró volviendo a  acariciar su pelo. Estuvo sentado allí bastante tiempo, hasta que decidió ir a dormir a su cuarto.

Al día siguiente Chan no salió de su cuarto.

Woojin había golpeado su puerta varias veces, diciéndole que debía comer algo y que cuando esté listo, deberían hablar de lo que pasó la noche anterior, pues no iba a dejar que aquel cabrón quedara impune.

Chan no respondió, sólo estuvo liado en las mantas, recordando una y otra vez cuando conoció a Brian y cómo conoció después a Woojin.

***

Brian era un chico dos años mayor que él, y lo conoció un día en la biblioteca. Brian era la persona más bonita que había visto en su vida, y tras aquel encuentro, estuvieron encontrándose varias veces más en aquel lugar, forjando una fuerte amistad que más tarde pasaría a amor.

Al principio todo era perfecto. Chan podía jurar ser la persona más feliz del planeta.

Ellos se veían mucho y pasaban bastante tiempo juntos, se regalaban cosas y eran una pareja feliz y normal.

Un mes después, él le diría que quería sentirlo suyo, que quería llegar a algo más, y él aceptó, entregándose en cuerpo y alma aquella noche.

Y a partir de ahí, pasó una semana en la que estaban haciendo el amor constantemente. Y cuando finalizó, Brian lo dejó, diciendo oraciones hirientes que podría haberse callado, pero no fue así.

Sintiendo que jamás sería amado y que el amor era una mentira, cayó en un estado de tristeza y dolor que no se iba.

Y, por si era poco, sus padres murieron en un accidente de tráfico cuando volvían a casa días después de haber sido dejado.

Venían de una fiesta de empresa en la que él debía haber ido, pero no lo hizo, quedando arrepentido después, pues pensaba que tenía que haber muerto en aquel accidente.

Su tío que vivía en Corea del Sur era la única familia que le quedaba, así que se mudó allí, pensando que le vendría bien cambiar de aires.

Estuvo unas semanas viviendo allí, en las que se adaptó a la vida de aquel lugar. En esos momentos no estaba Woojin porque él estaba de viaje en Francia.

Pero, después de esas semanas, la empresa en la que trabajaba su tío lo asignaron a otra que había en Australia, por lo que deberían volver allí. Chan no quería, pues, a pesar de que seguía sin encontrarse bien, se había acostumbrado a Seúl y quería estudiar en ese lugar.

Resultó que Woojin, su compañero de piso, volvía el mismo día que su tío se iba, y como vio que Chan parecía ser un poco más feliz allí, dejó que se quedara, pagando mensualmente la comida y la mitad del apartamento.

El día que Woojin volvió, él acababa de entrar en el apartamento. Este lo saludó amablemente. Cuando Chan lo vio, no pensó que llegaría a enamorarse de aquel chico de veintidós años.

Es más, al principio no se llevarían nada bien debido a su actitud, pero finalmente llegarían a ser algo más que compañeros de piso.

***

Al día después había clase, pero Chan no había salido de su habitación desde el día anterior, y Woojin no iba a reprocharle.

Estaba en su habitación estudiando para un examen que tenía dentro de varios días en la Universidad cuando escuchó el sonido de una puerta abrirse.

Unos pasos sonaron por el apartamento.

Woojin deseó que los pies del menor se dirigieran a su habitación, que abrieran la puerta sin tocar primero como solía hacer y fuera hacia él para que lo abrazara y mimara, disculpándose cada uno, hablando luego para denunciar a ese tipo y volviendo a ser los mismos de siempre.

Pero no fue así.

Los pasos cesaron cuando llegaron a su destino. Dos minutos después, se escuchó agua caer.

Al menos había salido de su habitación, pensó.

Woojin decidió salir, era su momento, y fue hasta el baño, donde se apoyó en la pared y esperó a que el menor saliera.

Cuando la puerta se abrió, un Chan con una toalla en ma cintura salió, asustándose al ver al mayor ahí parado.

- Chan, tenemos que hablar. - Le dijo seriamente.

- No tengo nada que hablar contigo - respondió en el mismo tono.

Sus miradas se cruzaron, desafiándose entre ellas. Y antes de que Woojin se moviera, Chan salió corriendo y se encerró en su habitación.

Woojin suspiró.

Sólo pasarían un par de días más y ambos hablarían de una buena vez, se dijo.

"잘못된 문자" ««Wrong letter»» [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora