Capítulo 5

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Era sábado por la noche en Nueva York, después de ver aquella imagen de Lauren en televisión Camila le pidió a Dinah que la acompañara a un bar, necesitaba alcohol, necesitaba olvidar lo que había visto, a su exnovia tomada de la mano de aquella chica de cabello oscuro.

Una cerveza tras otra desfilaba sobre la mano de la castaña quien recargada sobre la barra del bar junto a su amiga recordaba los momentos que vivió con aquella chica de ojos esmeralda.

- Su lugar favorito es la playa, íbamos seguido a tomar el sol en Miami, comer helado o beber una cerveza a escondidas – Recordó Camila ya con una voz un poco modificada por el consumo de alcohol – Pero no sé qué ocurre Dinah, se supone que ya pasaron cuatro años, ¡CUATRO! Esto ya no me debe estar pasando – Decía la morena mientras le daba un sorbo más a su cerveza.

- ¿Y no has considerado hablar con ella de nuevo? Preguntarle qué ha sido de su vida, SI TIENE NOVIA – Remarcó la más alta.

– Claro que tiene novia ¿Qué no viste? La tenía tomada de la mano y la chica miraba a Lauren toda idiotizada y ¿volver a hablar con ella? ¡Cómo puedes pensar eso si yo ya la borré de mi vida! – Dijo la morena con aires de molestia y con una voz que poco a poco iba opacando más el alcohol.

- ¡A ver Mila! La borraste de Facebook e Instagram, la bloqueaste de Twitter, eliminaste su número, marcaste como spam sus e-mails, pero jamás la borraste de tu vida ¿Mira cómo estás ahorita? Hace rato me dijiste hasta su sabor favorito de helado.

- ¡Vainilla! – La interrumpió Camila

– Si vainilla, lo que sea...Y ahorita me dices que ya la borraste de tu vida, ¡Caray creí recordar que la bipolar era Lauren no tú! – Dijo Dinah quien tomaba de un trago lo que faltaba para terminar su cerveza y arrebatarle la de Camila, la cual se molestó al instante al ver lo que hizo su amiga - ¡Hey, ¡qué te pasa todavía no me la acabo! – Renegaba la morena – Y no te la vas a acabar, creo que ya bebimos mucho, tenemos que regresar a casa, una linda resaca te espera al primer rayo de luz que entre por la ventana de tu habitación mi querida amiga – Y así sin más las chicas salieron del bar rumbo a un taxi que las dejaría en su apartamento.

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- ¡¿EN QUÉ ESTABAS PENSANDO CLARISSE?! – Levantaba la voz el padre de la chica cuando vio a esta bajar las escaleras y dirigirse al comedor – Buenos días también a ti papá – Contestó Clarisse un poco desconcertada - ¡Buenos! ¡¿BUENOS?! ¡¿Qué hacías en la marcha el día de ayer?! – Ahora la chica de ojos color miel conocía la razón del enojo de su padre - ¿Cómo te enteraste? - ¡¿Qué cómo me enteré?! ¡Por la televisión! Te vi mientras le hacían una entrevista a una chica ¿Por qué nos mentiste? – Clarisse no supo responder a eso, quizás sí tenía la respuesta, pero no se lo diría a sus padres.

- Sabes lo que esto significa ¿verdad? – Continuó su padre.

- ¿Qué estoy castigada? - ¡Así es señorita! Una semana, a cualquier lugar que vayas yo te llevaré y yo mismo o tu madre te recogeremos en ese lugar ¿entendido?

– Entendido papá.

...

- Buenos días señor Mosby – Saludó Lauren mientras entraba a la oficina del Coordinador de su carrera- Hola Lauren ¿Cómo te va el día de hoy? – Preguntó el señor Mosby - Todo bien, sólo venía a preguntar si tenía que hacer algunas correcciones con los avances de mi tesis – Toma asiento Lauren – Le indicó el Coordinador a Lauren y esta acató la orden.

-En general los avances van muy bien, tu tesis está tomando camino pero aún falta pulirlo para poder acercarnos a la conclusión y contestar todas las hipótesis expuestas en el campo de investigación, te he señalado los puntos que hay que corregir, son muy pocos pero debemos mejorarlos para poder seguir avanzando – Lauren asentía ante las palabras del hombre de cabello negro y rasgos orientales que tenía en frente.

- Muy bien, entonces me pondré esta semana a mejorar los puntos – Dijo Lauren antes de disponerse a abandonar la oficina.

- ¡Oh! Una cosa más Lauren – Esas palabras hicieron que Lauren detuviera su camino hacia la puerta de la oficina – Esta tesis está quedando mejor de lo que esperaba, por lo que hablé con unos compañeros de la Cámara Alta de la Asamblea General de Illinois para presentar tu tesis a finales del mes de agosto – Lauren se quedó sorprendida ante lo que escuchaba.

– Eso...es increíble señor Mosby – Espera, hay algo más – Continuó el hombre detrás del escritorio – En otoño el Senado de Nueva York lanzará un concurso que invita a los jóvenes a presentar sus tesis que tengan que ver con la política social, así que si terminas esto antes de acabar el semestre podremos inscribirlo al concurso y tú irías a presentarlo – La emoción que Lauren sentía aumentaba en cada palabra que el señor Mosby pronunciaba entorno a su tesis, ella sabía que era una oportunidad de oro para iniciar su carrera en la política y especialista en derechos humanos, además, esta investigación ayudaría a muchas mujeres a integrarse y consolidarse en al ámbito político y dejar huella en la historia del país.

-Señor Mosby, no sé qué decir de verdad, estoy muy emocionada, esta es una oportunidad de oro para mí, sólo tengo una duda, el siguiente periodo ya debo iniciar mis prácticas, aún no sé dónde puedan aceptarme y no sé si me complique mi participación en ese concurso – De hecho, si expones bien tu tésis en Illinois podrías hacer tus prácticas en Chicago, sino es así podríamos meter un convenio para que te vayas a Nueva York y puedas dar tus prácticas allá ¿Te parece? – Lauren con una sonrisa amplia asistió con la cabeza.

– Muchas gracias señor Mosby, la siguiente semana estoy aquí para presentarle las correcciones y avances – Perfecto Jauregui, ya te puedes retirar y buena suerte, feliz inicio de semana – Dijo el Coordinador quién le indicaba a Lauren la salida de su oficina.

Lauren salió del cubículo sin poder dejar de sonreír, lo que había escuchado era una oportunidad única para ella, su primera investigación y propuesta avalada por el Senado de Illinois o mejor aún ¡DE NUEVA YORK! Hacer mejores políticas, lanzar proyectos que ayudaran a las personas a tener una mejor calidad de vida y oportunidades de crecimiento, era su sueño, si todo salía bien estaría a nada de cumplirlo, Senadora Lauren Michelle Jauregui, pensaba mientras cruzaba el campus para llegar a la residencia donde compartía piso con Verónica, ya quería ver a su amiga para contarle sobre la oportunidad de ir a Nueva Y...Su caminar se detuvo y cayó en cuenta, en esa ciudad está Camila, ¡Oh por Dios! ¿La ciudad sería tan grande como para no encontrarse con ella? Pero de qué se estaba preocupando si Nueva York era su segunda opción, se debía concentrar en quedar en Chicago, una ciudad que ya conocía y que se le haría más fácil su estadía.

Nueva York, la mente de Lauren comenzó a divagar y de un momento a otro, sin darse cuenta su pensamiento estaba lleno de imágenes de aquella chica castaña de increíbles ojos color chocolate y melena larga que la hacía reír por horas, que hacía amarla con locura, que la hacía soñar con un futuro a su lado, pero también la hacía llorar como nunca nadie lo había hecho.

-¿Ya eres la compositora que deseabas ser? – Esas palabras salieron de su boca con tono amargo, más amargo de lo que ella imaginaba.

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