Capítulo 19

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Muchas veces sin darnos cuenta, entramos en una rutina la cual nos lleva a una zona de confort que a todos nos deja satisfechos por un buen tiempo, pero nada es para siempre, y sabemos perfectamente que cualquier cambio en esta puede desordenar lo que nosotros creíamos que era lo mejor.

Para Camila esa pequeña rutina que llevaba hace tiempo de conservatorio, casa, deberes, amoríos, bares poco a poco se disolvía con la llegada de Lauren nuevamente a su vida y ella lo sabía, aquellos amores fortuitos habían desaparecido de su periferia, llegar al apartamento y encontrarlo sólo o mantener toda su concentración en la escuela, todo eso se estaba yendo.

Camila sólo llevaba un par de días a lado de Lauren y ya sentía que la ciudad tenía otra vibra, que el apartamento tenía otra iluminación, que la música volvía a tener sentido, que su vida era diferente y que la posibilidad de recuperarla ya era existente.

Ese día las chicas le habían avisado a Lauren que llegarían tarde a casa, así mientras las demás aún estaban con sus deberes, Lauren se dedicó a estudiar nuevamente su tesis.

Toda la mañana, Lauren la había dedicado a estudiar en el apartamento, después de comer sola sintió la necesidad de ir a recostarse un rato a su habitación, pero un pizarrón negro del tamaño de la pared detuvo su andar y despertó su lado artístico, quería que ese pizarrón contuviera un lindo dibujo que adornara el apartamento y no sólo tuviera garabatos y recordatorios de meses pasados, así que la ojiverde hurgó entre los cajones de la cocina hasta dar con una caja entera de gises que se encontraban en su mayoría intactos.

-Bueno, espero que no se enojen – Lauren tomó la caja y se dirigió con un trapo un poco húmedo al pizarrón que daba justo frente a la sala y comenzó a borrar todo lo que había en este.

Lauren decidió quitarse los tenis que hacían conjunto con su pans gris y sudadera negra que improvisaban su pijama, después de saberse descalza sintió la necesidad de sentarse en el suelo para tener un mejor panorama del lienzo que estaba a punto de hacer suyo, y ahí estaba, la idea que esperaba para su dibujo, la ojiverde tomó su celular y comenzó a reproducir su música, tenía el apartamento solamente para ella.

Los minutos se convirtieron en horas de dibujo que pasaron desapercibidas para una Lauren entretenida.

El lienzo comenzaba a tomar forma, cientos de nubes dibujadas con gises blancos eran parte del paisaje de una ciudad con grandes edificios y árboles detallados, la postal perfecta ante los ojos de tres siluetas humanas que observaban de espaldas a Lauren, dos de ellas tenían el dedo meñique enlazado, como si ese pequeño gesto les transmitiera a cada una todo lo que sentían al ver esa hermosa vista.

Justo al terminar su dibujo, Lauren escuchó como se abría la puerta del apartamento, en ese momento miró para ver que se trataba de Camila intentando cruzar el umbral con un teclado a punto de caérsele de las manos y decenas de hojas con partituras, Lauren no dudó en ayudarla a entrar antes de que ese teclado quedara despedazado y esas partituras volaran por todo el apartamento.

-Muchas gracias Lauren, mis brazos ya no respondían estuve a punto de soltar esta cosa – Dijo Camila al sentir sus manos libres – No está tan pesado  – Aseguró Lauren al tener en sus manos el instrumento – Sí, pero se vuelve pesado cuando lo llevas cargado por todas las calles de Nueva York hasta llegar acá - Creí que Dinah se llevó su auto para ayudarte con esto – Dijo Lauren mientras intentaba hacer camino hasta la sala – Ese era el plan, pero le surgió un inconveniente y saldrá aún más tarde de la escuela y ya vez que... - Camila guardó silencio un momento al escuchar la música que sonaba en el apartamento, era la inconfundible música y voz de Lana Del Rey – Tenía años que no escuchaba a Lana, ¿aún conservas el vinilo de "Born To Die"? – Preguntó Camila al recordar aquel presente que hizo brincar de alegría a Lauren el día de su cumpleaños número dieciocho – Que estuviera enojada contigo no significa que tuviera que descargar mi ira con Lana – Contestó Lauren y es que un mes después de ese cumpleaños ambas se separaron debido a lo que todos conocemos, los miedos, la distancia y la decisión de Camila, al oír la respuesta de Lauren, la castaña agachó un poco la mirada pues no creía que la ojiverde aún conservara cosas que ella le había regalado, ya que ella se había deshecho de la mayoría de sus pertenencias en un ataque de ansiedad, tristeza y alcohol de por medio.

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