Capítulo 21

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Una noche helada había caído sobre la ciudad de Nueva York y ante los ojos de Lauren, que al saberse extraviada optó por llamar a Dinah para que fuera a su rescate, a la polinesia le fue un poco complicado dar con el paradero de la ojiverde debido a las indicaciones burdas que esta daba sobre su ubicación en la ciudad.

Después manejar por unos minutos en su coche por calles donde podría estar Lauren, la polinesia por fin la encontró parada en una esquina recargada sobre la lámpara que se encargaba de iluminar el andar de los peatones por ese lugar.

Lauren pudo reconocer el coche de Dinah y automáticamente corrió hacia la puerta del copiloto para entrar en el.

-Muchas gracias, de verdad que no supe en qué momento pasó que ya estaba extraviada, intenté prender mi GPS para guiarme, pero la batería de mi celular estaba muy baja, así que tenía que elegir entre llamarte o prender esta cosa – Comentó Lauren – Y optaste por llamarme sabiendo que soy tu salvación y el GPS de esta ciudad, dos en uno - ¡EXACTAMENTE! – Gritó Lauren emocionada al ver que había elegido una opción – Bueno – Continuó Dinah – Como tu GPS tengo que advertirte que corriste con suerte al no ser asaltada en este lugar, a nada estabas de llegar a la zona rosa de Nueva York, muy vistosa, pero igual de peligrosa- Finalizó la polinesia.

Lauren se quedó pensando en la suerte que tuvo de no ser asaltada y en que Dinah pudo encontrarla a tiempo ¿Qué habría sido de ella si eso hubiera ocurrido? – Oye – Lauren inmediatamente salió de su transe al escuchar la voz de Dinah – Ya quita esa cara de preocupación, ya pasó todo, vamos directo al apartamento – Afirmó la polinesia - ¿Podríamos llegar a cenar algo? Esta caminata me abrió el apetito y mi panza no deja de pedirme comida – Mencionó Lauren al momento que llevaba su mano al estómago y veía a Dinah con cara de súplica – Muy bien, llegaremos a cenar, pero sé lo que tratas de hacer y sólo quiero decirte que por más lento que comas, habrá un búho esperándote en el apartamento – Advirtió Dinah al darse cuenta que la cena podría ser un pretexto por parte de Lauren para prologar aún más su llegada al apartamento donde se encontraría Camila esperando una respuesta, la cual ni la misma Lauren sabía cuál sería.

- ¿Es muy obvio? – Preguntó Lauren un poco avergonzada – Tanto como tu caminata. Mira nada más hasta donde te llevaron tus pensamientos, a más de 20 kilómetros lejos del apartamento – Lauren soltó un pequeño resoplido de resignación al escuchar las palabras certeras de la polinesia – No sé qué hacer Dinah – Comentó Lauren algo consternada mientras se llevaba su mano al pelo para acomodarlo de lado – Yo sólo te diré que en diez minutos pararemos a cenar y que tienes treinta más para degustar los alimentos, minutos suficientes para decidir algo, recuerda que el tiempo sentencia las decisiones que tomamos y pocas veces da segundas oportunidades a cosas que creemos terminadas, quizás espera que podamos arreglar algo que nos permita seguir avanzando en la vida – Advirtió la polinesia mientras manejaba y estacionaba su auto para bajar a cenar las famosas pizzas de un dólar, aquellas que se hicieron famosas en la ciudad gracias a los turistas que viajaron a la gran ciudad con un par de dólares en sus bolsillos.

Las chicas cenaron rápido y en silencio, al parecer era verdad eso del hambre desatada que sentía Lauren, ya que sin ningún problema pudo comerse tres piezas de pizza sin piña, tal como a ella le gustaban.

Después de esa cena express las chicas volvieron al auto, dentro, Dinah prendió la radio para que sonara cualquier canción y amenizara el ambiente silencioso que se había colocado entre ellas, Lauren se dedicó a observar las luces de la ciudad que le permitía divisar las ventanillas del coche y la velocidad. En ese momento sonó el teléfono de la polinesia, era Camila preguntado donde se encontraban, Lauren escuchó cómo Dinah le mencionaba lo ocurrido durante la tarde y le aseguraba que ya iban camino a casa.

UNA VEZ MÁSWhere stories live. Discover now