Capítulo 11

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Había pasado una semana desde aquella charla corta pero significativa entre Lauren y Camila, durante esos días Camila había vuelto a escribir y componer música, cómo si una parte de ella volviera a ilusionarse por crear sonidos envolventes para el alma, ella sabía la causa de su repentino despertar creativo que había estado dormido por largos días, también conocía la realidad en la que estaba parada, para Camila la distancia siempre fue un impedimento para mantener viva una relación, aunque Lauren le repitiera una y mil veces lo contrario, también conocía que su pensamiento y corazón se ilusionaban por una realidad inventada, creada sin fundamentos ¿Quién le decía que esa llamada también despertó algo en Lauren? ¿Quién le aseguraba que la perdonaría? ¿O peor aún, quién le afirmaba que volverían a estar juntas? Tampoco estaba segura si el rumbo que tomaran sus carreras las mantendría alguna vez en el mismo lugar.

Por otra parte, los días para Lauren fueron una montaña rusa de sentimientos, por un lado estaba su emoción por la inscripción de sus tesis al concurso en Nueva York, por otro, Clarisse, que desde aquél beso las cosas habían cambiado entre ellas, ahora sus encuentros en el apartamento no sólo implicaban charlas sino también caricias y besos que comenzaban de manera tierna y elevaban la tensión entre ambas al punto de tener que separarse para tomar aire, lo inquietante de la situación para Lauren era que aún no definía sus sentimientos hacia la morena y tampoco tenía idea si esto llegaría a ser una relación formal, sus dudas se basaban en que ella no sabía a ciencia cierta si quería algo serio nuevamente con una persona y también no sabía qué tan segura estaba Clarisse de esto, pues la chica de ojos color miel jamás anduvo con una chica.

Y aunque no lo quisiera ver, entre sus problemas estaba Camila, la persona que desató su locura con el simple hecho de escuchar su voz por unos minutos en el teléfono, si esto sucede con el hecho de escucharla, ¿qué sucederá cuando la vea por una semana entera?

Lejos del pensamiento de Camila y Lauren se encontraba su entorno, el cual incluía a sus amigas quienes con sumo interés miraban el actuar de estas dos.

A Dinah le encantaba ver a su amiga ilusionada y feliz, canturreando por todo el apartamento día y noche, incluso había notado un cambio de actitud en la escuela, aunque este lugar siempre fue para Camila un escape a su realidad y una bienvenida al mundo de las melodías que tanto amaba, ahora merodeaba con más energía por los pasillos, tocaba con ímpetu los acordes que le indicaban en cada instrumento e incluso se volvió más participativa de lo común, el único problema que Dinah percibía en todo esto era que la felicidad de su amiga estaba basada prácticamente en ilusiones, las cuales incluían a Lauren, y eso de alguna manera inquietaba a la polinesia, porque le era complicado descifrar si la ilusión despierta en su amiga la llenaría para convencerla de recuperar a la que alguna vez nombró, el amor de su vida o nuevamente se repetiría la historia y a pesar de todo el amor que siente, le ganaría sus inseguridades, la distancia, su miedo a estar lejos de Lauren, y que ella por la ausencia se diera cuenta que Camila no es más que un amor pasajero que como muchos, es vencido por las adversidades del tiempo, que se miden en minutos y se dividen en olvidos.

Sería mejor preguntar antes de imaginar, sería mejor prevenir antes que lamentar, sería mejor hablar con la verdad y esta vez, por cuestiones de amor, dejar de lado lo que simplemente no será.

Verónica y Lucy, no eran ajenas a la llamada que había sostenido Lauren días atrás con Camila, pues su amiga les había contado todo.

 Las chicas aún recordaban cada detalle de la charla que la ojiverde tuvo con ellas, por ser conocedoras de la historia entre Lauren y Camila, ambas sabían descifrar perfectamente los gestos que tenía Lauren al hablar de ella, en aquél entonces, hablar de Camila para Lauren era transmitir a través de su mirada, amor, admiración, cariño, confianza, pero ahora cuando ella hablaba de Camila sus ojos, sus gestos se volvían una caja fuerte de la que tenían que encontrar la clave para descubrir lo que en realidad guardaba dentro.

UNA VEZ MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora