Capítulo 6

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La semana de castigo para Clarisse había terminado, quizás el castigo de esa semana no fue el que sus padres le impusieron, la verdadera sanción para ella fue no poder ver a Lauren durante esos días, por lo que al terminar su castigo no perdió más tiempo y fue a buscarla a los edificios donde ella sabía que se encontraba la ojiverde.

Mientras caminaba por el campus hacia los edificios de la facultad, Clarisse analizaba la razón del por qué hacía esto, por qué tanta necesidad de ver a Lauren y buscarla, la chica de ojos color miel no estaba lista para responder a sus preguntas o quizás no estaba lista para asimilarlo y es que quién puede asimilar que de un día a otro tengas más ganas de ver a una persona que conociste hace algunos días que a tu novio con el que llevas dos años de relación.

Dejando esas incógnitas o verdades en el aire continuó su curso, y por fin la encontró, ahí estaba la ojiverde saliendo de los edificios hacia los jardines del campus usando una chaqueta de mezclilla con las mangas dobladas arriba del codo, unos jeans del mismo color de la chaqueta, sus botas militares características de ella y una blusa negra que hacía juego con el conjunto. La emoción que la embargó al ver a Lauren hizo que dudara si alguna palabra saldría de su boca, Clarisse se esforzó en mantener la calma desde donde estaba observando a la ojiverde y por fin habló.

¡Lauren! – Su grito hizo que la ojiverde dirigiera su mirada y su caminar hacia ella - ¿Cómo estás Clarisse? Mucho tiempo sin verte, qué raro encontrarte por aquí ¿vienes por algo en específico? – La morena de ojos color miel meditó la pregunta, no estaba segura de confesarle a Lauren que ese "algo específico" era ella.

– Vine a...-Titubeó Clarisse - ¡A verte Lauren, vino a verte! – Dijo una voz detrás de ellas, Clarisse se volteó para ver a Verónica llegar junto con Lucy, la cara de Clarisse se tornó de mil colores ¡Qué impertinente mujer! Pensó al ver a Verónica quien sonreía a lado de Lucy.

– Hola Clarisse, hola Lauren – Saludó Verónica al estar más cerca de las chicas.

– A veces me pregunto si tu impertinencia tiene límites – Señaló Lauren al momento de que movía la cabeza en señal de desaprobación por el comentario de su amiga.

-Tranquilas chicas, estoy haciendo esto más fácil para ambas ¡Es más! Hoy hay juego de futbol americano, tengo 4 entradas, les puedo regalar dos para que vayan y así tengan su primera cita – Dijo Verónica extendiendo su mano para que Lauren tomara los boletos.

- ¡Verónica, ¡cuántas veces te tengo que decir que Clarisse tiene novio! Además, somos amigas no metas a Clarisse en tu juego de cupido que tienes conmigo - Refutó Lauren.

Desde hace algún tiempo Verónica se había encargado de incitar a Lauren a que conociera a otras personas, pues sabía que desde lo ocurrido con Camila la ojiverde ya había perdido el interés de encontrar el amor en alguien más, algo que a ella le preocupaba, temía que su amiga se volviera una solitaria ermitaña y adicta al trabajo.

-¡Está bien! Entonces le regalaré los boletos a Clarisse para que vaya con SU NOVIO a ver el partido – Sentenció Verónica – Pues, mi novio estará de guardia el día de hoy en el hospital, así que no tengo ningún problema en ir, bueno si tú quieres también – Se dirigió a Lauren que la miraba con sorpresa, Lauren cogió los boletos de la mano de su amiga y le cedió uno a Clarisse.

– Te veo entonces a las 7 afuera del Estadio – Dijo la ojiverde quien ahora miraba fijamente a la chica morena – Ahí estaré – Aseguró Clarisse.

- ¡ARRIBA WILDCATS! – Gritó Lucy haciendo que todas las chicas rieran en ese momento.

....

El permiso para asistir al partido era pan comido para Clarisse, su papá quién había asistido a la misma escuela que ella amaba el futbol americano, por lo que la noticia de que su hija iría a ver al equipo lo puso de buen humor, incluso antes de que Clarisse cruzara el umbral de su casa, el padre se permitió contarle una historia de su juventud como deportista, la chica de ojos miel no se pudo negar a escuchar la anécdota de su padre, aunque en realidad sólo estaba de cuerpo presente pues su mente ya divagaba entre imágenes de la sonrisa de Lauren.

UNA VEZ MÁSWhere stories live. Discover now