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Había pasado un mes exactamente desde lo ocurrido.

El tiempo suficiente para que la herida de Jimin sanará, al igual que varias partes de su cuerpo que estuvieron adoloridas en su momento.
Y se preguntarán ¿qué habrá pasado en todo el trascurso del mes? Bueno, para empezar Jungkook cumplió su promesa de no alejarse de Jimin y estar a su lado en todo momento, y así fue, el castaño faltó tres días a clases por el solo hecho de estar junto al rubio, cuidándole. Y se hubiera quedado más tiempo de no ser que los demás miembros y el mismo Jimin insistieron en que debía volver a su vida académica y no retrasarse más.

Jungkook finalmente le prometió a Jimin que iría a verle todos los días después de la universidad, visitándole en el tiempo de visitas a los pacientes.
Lo cuál eran tres horas en las que el menor pasaba tiempo junto al rubio, ya sea cómo en los primeros días estando simplemente sentado a su lado, contándole anécdotas sobre su vida o haciéndole reír intentando que los efectos secundarios que hacían al mayor quejarse de dolor, se aliviaran o los olvidara.

También Jungkook fue el primero en sostener la mano de Jimin cuando tuvo que comenzar a caminar de nuevo, lo cuál fue difícil ya que la incomodidad y el dolor se lo dificultaban. Pero al cabo de unos días pudo volver a estar de pie sin necesidad de ayuda, aunque a veces no aguantaba tanto tiempo y debía sentarse para recibir adecuadamente los sueros y antibióticos.

Obviamente los demás chicos iban seguidamente a visitarlo, le traían pequeños regalos y le hablaban sobre su día, de modo que Jungkook regresaba a la casa a dormir aunque sea un poco o hacer sus tareas.

En todo ese lapso de tiempo, la relación entre Jimin y Jungkook se fortaleció, llegando a un punto en el que no podían estar tanto tiempo sin el otro. A pesar de las dificultades del pasado, Jungkook nunca se le declaró a Jimin y este último nunca le dijo la verdad. No era necesario, ni tampoco importaba mucho en ese momento, así que lo dejaron pasar. Claro que siempre sentían mutuamente mariposas en el estómago cada vez que se veían, era algo inevitable, al igual que era algo obvio que mutuamente se atraían mucho.

Jimin necesitó solo un mes para caer rendido ante Jungkook. Le gustaba mucho. Ya lo había aceptado y no podía negarlo, aquellos tiempos en los que convivieron le permitió conocer más a fondo al castaño. Dándose cuenta sólo hasta el final de que lo quería con todo su ser.

Jungkook era la persona más maravillosa y auténtica de este mundo, pensaba.

Y en cierta parte, dolía. Pues había cometido un error y era enamorarse de lo prohibido. Tal y cómo novela de amor cliché, él y Jungkook no podrían tener algo, primero no estaba del todo seguro si el castaño le gustaban totalmente los hombre o no, segundo no sabría si correspondería a sus sentimientos, y tercero en el club estaba prohibido las relaciones amorosas entre ellos.
(A excepción de Yoongi y Hoseok que ya eran pareja desde un principio)

Así que intentó que aquél sentir se esfumara, intentó dejar de gustarle pero era imposible cuando Jungkook llegaba todos los días con una bella sonrisa en su rostro y algo nuevo entre sus manos. Ya sea un pequeño ramo de flores, chocolates, libros, cartas de los miembros, etc...

Parecía que Jungkook estaba haciendo un esfuerzo por conquistarle, porque si fuese así, lo estaba logrando y mucho.

Ahora mismo lo estaba esperando, sentado en la cama de hospital con ropa corriente y sus cosas guardadas en su bolso. Ya le habían dado de alta y estaba listo para irse, pero el castaño le había pedido hace unos minutos por teléfono que le esperaba, pues quería presenciar el momento en el que Park Jimin salía por fin del hospital. Para él era una tontería, ya estaba deseando salir corriendo de ahí y nunca volver, pero no se podía negar a Jungkook. Ya no.

Pride Club ✧ kookmin Where stories live. Discover now