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El padre de Jungkook siempre fue reconocido por ser un hombre bastante educado y trabajador. Con una amable y humorística personalidad que lo caracterizaba.

Era un hombre ejemplar, un buen marido y un buen padre.

Para Jungkook, después de que su madre falleciese, su padre se había convertido en prácticamente su todo. Siendo un pequeño adolescente de 15 años, se aferró fuertemente a la única persona que tenía en esos duros momentos de su vida. Pasando ambos a ser únicamente padre e hijo, fortaleciendo aquél valioso lazo con el tiempo.

Sin embargo, el tiempo pasó, y Jungkook creció. Logró graduarse de la secundaria y poco después entró a la universidad para finalmente dejar el nido e independizarse.

Su padre nunca supo la razones específicas del porqué se mudó, ni con que tipo de personas viviría, ni mucho menos sobre las dudas que meses atrás había tenido respecto a su orientación sexual. A pesar de la mucha confianza que se tenían, Jungkook no se vió capaz de hablar de eso con su padre en aquellos momentos.

Fue cuando recibió una llamada de su progenitor diciéndole que quería verlo, que decidió aprovechar ese momento para liberarse con él. Y sinceramente, se sentía tranquilo pero en el fondo tenía un pequeño miedo. Lo primero es debido a que es consiente de que su padre jamás había hecho un comentario malo al respecto de los homosexuales, él siempre decía que cada persona hiciera con su vida lo que quisiera. Así que eso en cierta parte le tranquilizaba. Pero a pesar de eso, siempre existe ese imborrable miedo e inquietud del cómo será su reacción o peor aún, sentirse rechazo.

Jungkook iba con la mentalidad positiva. Pues tenía al mejor papá del mundo y no debía de preocuparse de nada.

Cuando tocó el timbre de su antiguo hogar, no pasaron dos segundos cuando ya tenía a su padre abrazándole fuertemente y dándole la bienvenida.

—¡Hijo! ¿Cómo haz estado? ¡Woah, creciste demasiado! —le miró de pies a cabeza con una sonrisa la cuál era parecida a la de Jungkook.

—¿Qué dices, papá? ¡Sigo igual desde que me fui! Y eso que solo han sido seis meses —explicó entrando a la casa y sintiendo el fuerte sentimiento de nostalgia— Vaya, no me dí cuenta que extrañaba estar aquí hasta ahora.

Su padre se posicionó a su derecha, abrazándole de lado.

—¿Y no extrañas a tu viejo? —preguntó con dolor fingido en su voz.

Jungkook le miró y comenzó a reír.

—¡Por supuesto que sí, pa!

El señor Jeon también rió, negando con la cabeza.

—Ven, acompañame a un trago. Tengo mucho que contarte —dijo caminando hasta el pequeño mini bar que tenían cerca de la sala.

—Yo también... —murmuró Jungkook siguiéndole.

[🖤]

Habían pasado unas largas horas en las que los hombres Jeon se la pasaron conversando entretenidos y tomando después de ver un partido de rugby, algo que acostumbraban hacer entre ellos. Encendieron la chimenea de la sala de estar donde se sentaron y el mayor decidió preguntarle más cosas a su hijo, quién ya llevaba otro pequeño shot de whiskey a su boca.

—¿Y que tal te va en la universidad, hijo? No tocaste tanto el tema hace unas horas.

Jungkook limpió su boca con su mano y se encogió de hombros.

—Bien, la otra semana tengo unas dos pruebas. La materia está fácil así que sé que me irá bien —habló con confianza.

Pride Club ✧ kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora