Han pasado tan solo un par de horas desde la intensa batalla entre los últimos miembros del Clan Uchiha. El menor de ellos finalmente había cumplido su promesa de matar a su hermano mayor con toda la intención de vengar la muerte de todo su clan, pe...
No tenía explicación alguna para que él esté uniformado de aquella manera, ¿Qué estaba sucediendo? Ha pasado todo un día en el que no hablaron, ¿Y ahora le venía con esto?
El pelinegro no tardó en dar un salto hasta caer en el balcón de la peli rosa, quien una vez a su lado, no supo qué hacer, qué decir, era tan repentino el tenerle ahora enfrente suya que la había dejado totalmente anonadada, más viéndolo en esas pintas.
— He venido acá para dejar unas cosas claras. — Finalmente él rompió el silencio que había entre ambos, haciendo que una pizca de alegría hubiera en el interior de la oji jade, no solo porque al fin le había dirigido la palabra, si no también porque tal vez él quería arreglar el problema que tenía con ella. Es más, no evitó el querer esbozar una sonrisa, esperando a que él le siguiera hablando.— Me he cansado de estar fingiendo todo esto.
— ¿Fingiendo... ? — La sonrisa de ella poco a poco se fue desvaneciendo, no entendía a lo que este se refería, no era claro con lo que decía.— ¿A qué te refieres con eso?
— Estoy harto de fingir que te quiero, que me gustas y que tenemos una relación. — Sus palabras fueron directas, como mil puñaladas en la espalda de la Haruno, palabras que resonaban una y otra vez en su subconsciente, provocando que a su alrededor todo se volviese negro y que en esa oscuridad solo existieran ellos dos.— Quiero terminar con lo que nunca comenzó, destruir este lazo que crees que tenemos antes de que sea demasiado tarde.
— ... — Ella no sabía como responderle a su declaración, en su mente se negaba el aceptar el hecho de que él estaba terminando con ella, ni siquiera eso, le dejaba claro que jamás hubo un “nosotros”, que eso solo habían sido cosas suyas y nada más. — No... — Comenzó a balbucear mientras negaba con su cabeza. Ella dio un paso hacia él, tratando de sonreír pero en su interior lo que más deseaba era llorar por quizá, la mala broma que él le estaba jugando.— N-No seas bromista, Itachi... E-Esto... Esta broma n-no es de buen gusto...
— Esto no es un cuento de hadas como el que quisieras, Sakura. — Nuevamente la sonrisa, forzada, claro, se había esfumado por completo, provocando que una de las lágrimas que tenía acumuladas descendiera por su mejilla.
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— ¿P-Por qué...? — Cuestionó ya con un nudo en su garganta, le parecía tan injusto saber que todo lo vivido con él había sido una sucia y cruel mentira, le costaba creer que era así. — ¿Por qué haces esto...?
— ¿Tu maestra jamás te enseñó a no confiar nunca en las personas supuestamente “rehabilitadas” pero que tuvieron un pasado oscuro? — Le cuestionó él esta vez, soltando una risa burlona.— Las personas nunca cambian, Sakura.— Este se paseó por la habitación, aún siendo observado por la oji jade que aún no podía salir del trance.— Me he vuelto nuevamente parte de ANBU, ese será mi trabajo a partir de ahora, así que lo más probable es que no nos volvamos a ver.
— ¿¡Q-Qué!? — Exclamó, sorprendida. Ahora se explicaba el por qué estaba uniformado así, aunque tampoco tenía que ser muy lista para haberlo sabido desde un principio, solo que, esta creía que solo era alguna broma por parte de él.— ¡T-Tú no puedes! ¡Corres peligro de muerte estando en ANBU!
