Capítulo 15: "Gracias, mi querido Watson"

1.9K 169 33
                                    

(Narra Betty)
~•~
"Gracias, mi querido Watson "
~•~

Parpadeé un par de veces, permitiendo que mi dolor se convierta en lágrimas y sufrimiento.
Cubrí mi cabeza entre mis piernas, las cuales eran consumidas por el frío que largaba el famoso río de Riverdale.

-If I was dying on my knees
You would be the one to rescue me
And if you were drowned at sea
I'd give you my lungs so you could breathe
I've got you brother
I've got you brother- canté dolorosamente, tirando una piedra al duro hielo del Sweetwater.
Grité lo más fuerte que podía, largando aquellas penas que jamás se irían de mi pecho.
Que me ahogaban profundamente, hasta no poder respirar por el dolor.

-Pensar que ayer te tenía conmigo- susurré, soltando un leve sollozo- ... Y que si estarías ahora conmigo, me dirías que no llore, que no vale nada las lágrimas... Pero es inevitable sentirme tan insignificante, Fangs. Eras mi hermano, mi compañero, mi mejor amigo...- parpadeé con dolor. Odiaba la diferencia entre "es y era"-. Sé que escuchas, porque eras un ángel, una de las mejores personas que conocía... Me siento tan inútil, porque desde niña me han dicho, que las personas que mueren no vuelven a ti... Que se van a un lugar mejor... Pero no puedo seguir, si toda mi familia se termina muriendo, y ni siquiera puedo decir un maldito adiós... ¡Jamás logré tener a alguien en mi vida sin lastimarlo!

Deslicé mi vista sobre el frío hielo, hasta llegar a la marca que tallé recientemente en él.

"No todos los ángeles tienen alas".

-Gracias, mi querido Watson, por haber estado siempre conmigo.- llevé una mano a mis labios, los cuales estaban sangrando.- Gracias por aceptarme en su grupo, en las serpientes, en tu familia... Gracias por dejar tu marca en mí...

Mordí nuevamente mi labio inferior. Dejando que el dolor me consumiera poco a poco.

-Hola- dijo el pequeño Fangs, mientras que le demostraba una hermosa sonrisa a la niña del corazón valiente.

-Hola- respondió una curiosa y pequeña Betty, la cual había entrado hace dos meses a aquella grande familia de serpientes leales.

-¿Quieres jugar con nosotros?- dijo el niño, señalando a su grupo de amigos.- Toni quiere conocer a una amiga, dice que ya le hartamos con nuestros gases.

La niña de cabellera dorada, levantó un poco sus cejas. Ansiosa de conocer su destino.
Fue aquel momento, en el que supo que no estaba sola...
Y que nunca lo estuvo...

Arrugué levemente mi nariz. Angustiada y con las lágrimas a punto de caer.
Decidida, agarré aquel bolso desgastado de hilo que tanto adoraba, uno que compré en una tienda de ofertas.
Cerré mis ojos fuertemente, dudando en si de verdad debía irme o no.

-Betty- susurró una voz femenina, intentando no quebrarse por aquellas palabras escuchadas.

Era Toni, junto a FP y Jughead.
Se veían derrotados. Con lágrimas dibujando el dolor en sus rostros.

-Siento no haber avisado- apreté mis labios, bajando mi mirada hacia mis zapatos, llenos de hielo y barro.

-Fueron unas hermosas palabras, Betts- FP se acercó a mí, ofreciéndome un cálido abrazo.

No resistí más, antes de balancearme en sus brazos y hundir mis lágrimas en su abrigo negro.

-Es tal y como las otras muertes.- solté, gritando suavemente en desesperación.

Toni y Jughead, se sumaron al abrazo, lleno de sentimientos, largando las últimas lágrimas que nos consumían y ahogaban.
Perder a nuestros amados nunca fue común, no en sus vidas.
Sí en la mía.
Pero el amor siempre me ha salvado, manteniendo a la muchacha que soy, en un envase fuerte.
Pero nada se mantiene bien por mucho tiempo.
No en mi vida...

-Debemos seguir luchando, por él- opinó mi mejor amiga, besando mi mejilla tiernamente. Limpiando el rastro del dolor en mis mejillas rojas por el frío invadido allí.

Asentí con mi cabeza, mientras que frotaba sucesivas veces mis brazos, intentanto calentarlos.

-Puedo seguir haciéndolo- mentí apretando mis labios.

Me volví valiente.
No fuerte.
Aún seguía siendo una humana de papel, no de hierro.

Toni y FP se alejaron a las motocicletas, verificando si todo en ellas se encontraban bien gracias al ruido que omitían.

-Hey, princesa- susurró dulcemente Jughead a mi oído, colocando una manta en mis hombros.- Yo te ayudaré en lo que necesites.

-Estoy bien, Juggie- sonreí bajando mi mirada lentamente.- Sólo necesitaba pensar un rato.

-Estuviste cuatro horas desaparecida- nombró él, manteniendo mi cabeza entre sus manos.- Todas las serpientes te buscaban en la tercer hora de la madrugada. Toni casi se vuelve loca...

-Perdimos a nuestro mejor amigo, Jug- recordé quebrándome.- No es raro nuestro estado.

Él observó mi rostro; cada una de las facciones que me dibujaban como una tal Betty.
Acarició suavemente mi mejilla con su pulgar, dejando un sentimiento de paz en mi interior.

-Te quiero, Betty.- susurró Jug, antes de que balanceé mi cuerpo hacia su pecho.

Quería gritar, hasta que cada una de mis cuerdas vocales se quiebren.
Quería perder mis esperanzas, de que alguna vez sería realmente feliz.
Hasta que él llega, con su jodida sonrisa y su corazón puro.
Él fue mi salvación.
Mi amor eterno.
Mi corazón.
Mi vida.
Pero, también fue mi única destrucción...
Una de las que jamás me arrepentiré...

My Wonderwall •Bughead•Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt