Capitulo VII: Venus

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Ambos salieron de nuestro hogar, ese humano, mi humano me vuelve loca, mi familia me mira cual demente, la sonrisa plasmada en mi rostro no hace mas que estar ahí, me es imposible borrarla.

Mi padre me mira fijamente, sabe que tenemos que hablar de eso, de mi compañero.

-Hija-me llama mi madre- no nos has contado lo que sucedió con tu reunión en el consejo.

-nada bueno madre, una de nosotras dos debemos tomar le mandato. Luchar contra los vampiros renegados y neófitos. Una de nosotras con su pareja.

-Nosotros no podemos tomar el puesto cariño, tu padre y yo no podemos, no estamos jóvenes como para luchar de esa manera.

-Madre, debes ser tú, sabes que no tengo compañero, no puedo hacerlo sola.

-Hija-dice mi padre- acabas de reclamar a tu compañero frente a nosotros, ve con él, hazlo entender su puesto en esta manada.

Esas palabras retumbaron en mi cabeza, mi compañero estaba afuera, lejos de mí, podía hacerlo, podía mejorar la situación en África, podía salvar vidas.

Me levante de la mesa, camine hasta la plaza central donde mi compañero y Samara estaban, ellos estaban sentados en la fuente, conversando. Mis ojos se iban a mi compañero, no sé cómo soporto estar cerca de el sin beber, es muy fuerte el deseo de estar con mis colmillos en su cuello, escucharlo gemir por las endorfinas, que todos sepan que ese humano es mío.

Camino hasta ellos, Samara se pone en alerta, su pulso se dispara, y alerta a mi compañero, él me mira y su ceño se frunce, parece enojado, y con pánico. Mi corazón sin vida se comprime, odio ver esa mirada en sus ojos.

-Que deseas Venus?-la primera vez que mi nombre sale de sus labios, nunca mi nombre se escuchó mejor.

-Debo hablar con usted señor Hathaway, a solas si no es molestia.

-Samara, cariño-le habla a su hermana- vienes conmigo a la casa del Alpha o te quedas?

-Vo..oy con..tigo

-Vamos señorita Venus.

Caminamos los tres, Samara camina aferrada al brazo de mi compañero, si no fuera su hermana ya la hubiera matado desmembrado y quemado.

Llegamos a mi hogar, mi hermano estaba en la cocina, así que Samara fue hacia allí, y con Nicholas caminamos hasta mi despacho. El cerro la puerta, el olor de madera y chocolate picante se expandió por el cuarto.

-Que deseas hablar conmigo Venus?- su voz es potente, intenta no parecer asustado.

-Qué opinas de la idea de salvar a tu gente de los vampiros?

-La idea me gusta Venus, pero que debo hacer yo para lograrlo?

-Aceptar ser mi compañero, dejarte marcar por mí, en pocas palabras, ser mi esposo, amarme por la eternidad.

-Estas bromeando, verdad?

-No Nicholas, ese es el trato, tú te dejas marcar por mí, y juntos liberamos a las personas que reside en el mundo de la tiranía del reino Vampírico.

Él se quedó sin palabras, no sabía que responder, caminaba por la habitación con las manos sujetando su cabeza, como acallando a sus demonios personales, me miro a los ojos, luego de varios minutos caminando.

-Cómo es posible que te ame? Como amar a un demonio que me ha atormentado? Lamento decirte que no puedo mirarte a los ojos y poder imaginar una vida a tu lado.

-Ese es el problema Nicholas, mis ojos, eso te atormenta?

-Si Venus, tus ojos me recuerdan a los vampiros que nos arrebataron a mi padre, rojos cual sangre que drenaron del cuerpo de mi madre, la sangre de mi padre que se interpuso entre los vampiros y nosotros. Vi a mi padre morir frente a mis ojos, y lo último que vi fueron los ojos de la vampiresa que se alimentó de ellos y su sonrisa manchada de carmín.

Mi corazón se comprimió, mi compañero no me acepta por miedo a que lo mate al igual que esa vampiresa, sus ojos reflejan tristeza, miedo, rencor. Todo menos el cariño que esperaba recibir. Camino hasta estar parada justo frente a él. Su cuerpo se paraliza, se queda quieto, y su corazón corre desbocado, el miedo se filtra en su olor y me molesta ese aroma en él.

-Nicholas, hazme un favor, cierra los ojos, y respira hondo.

El lo hizo, cerro los ojos, se que es mi compañero, por lo tanto sentirá algo por mi, aunque su miedo es mayor.

Camine hasta estar atrás de el, muy lento, sin querer ser brusca, lo abrace, metiendo mis manos por debajo de su camiseta.

Su reparación se cortó, sentí su corazón correr a un ritmo diferente. Subí mi mano por su abdomen marcado, hasta llegar a su corazón, podía sentirlo correr desbocado.

Apoye mi cabeza en su espalda, podía notar como se relajaba un poco.

No sabía cómo iba a tomar lo siguiente, pero el que no arriesga no gana.

Pose mis labios en su cuello, lo bese lento, cerca de su pulso, la reacción que el tuvo no fue la que espere.

Nicholas me dio más acceso a su cuello, sin querer asustarlo, continúe moviendo mis manos en tu abdomen mientras con cuidado deslizaba mi lengua por su cuello.

Todo sucedía rápido, quería besar sus labios, pero sabía que si me miraba los ojos todo terminaría.

-Nicholas, no abras los ojos.

Saque mis manos, le di la vuelta sus ojos continuaban cerrados y su respiración estaba agitada y sus labios entreabiertos.

Mis labios se posaron en los suyos, el beso lo tomo por sorpresa, pero de inmediato comenzó a moverlos con los míos. Sus manos me atrajeron más hacia él. El beso se tornaba más apasionado, y mis instintos eran incontrolables, mis colmillos salieron a la luz, sentí su lengua tocarlos, entonces abrió sus ojos, me vio y me empujo lejos de él.

-No, esto no debió pasar, lo siento Venus, no.

Salió del despacho como alma en pena, no quería que esto terminara así. Siento que retrocedí 20 pasos cuando había avanzado solo uno. 

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Bueno mis lectores, he vuelto...

Nos leemos mañana... 

Los quiere R.C.R 

El humano de la VampiraWhere stories live. Discover now