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La oscuridad de las tinieblas, todo un misterio era.

Y sin embargo estaban aquellos que, aceptando, entraron a su mundo, sin importar la muerte que llamaba a su puerta. 

— ¿A dónde carajos se fueron? ¿De vacaciones a Bali?

—Detestas Bali, Daxon.

—Al menos debiste incluirme, Vega. Es de muy mal gusto abandonar a tus invitados en un jodido Espejo mágico.

Contuve el aliento al ver a Daxon en perfectas condiciones. Fue como si él solo hubiera traspasado el Espejo y llegado directamente a esa extraña sala repleta de antigüedades y sillones bastante cómodos, por lo que estaban por sugerir mis piernas.

Necesitaba acostarme y...

—Por los jodidos Antiguos...

Ese lugar no estaba repleto de antigüedades. No. Eran incluso las mismísimas pertenencias de los antepasados de los Kuznetzov. ¿Dónde habíamos terminado realmente? No tenía ni idea si Daxon o Tauren eran conscientes de lo que estaba frente a nuestros ojos, especialmente el último mencionado, ya que estaba mucho más concentrado en mi trasero que en el lugar.

—Pensé que se habían perdido.

Tauren finalmente carraspeó, dándose cuenta que no era capaz de decir palabra alguna. Yo ya me estaba divirtiendo con los cofres sellados y cerrados frente a mí.

Por favor... ¿cerrados? Esa era una clara invitación con mi nombre.

—Tuvimos un contratiempo con el Espejo de la Verdad.

—Contratiempo. ¿Qué tipo de contratiempo? —Sin que tuviera que verlo, sabía que me estaba observando con atención—. ¿Vega?

Giré sobre mis talones, acercándome a los marcos de oro que en realidad hacían muchas más cosas de las que creían. Recordaba haber robado uno en un banco para entrar y salir cuando quisiera y tomar dinero sin que las cámaras me vieran.

—Pff, lo de siempre. Ya sabes que los Espejos tienen esa bonita intención de matarte en un parpadeo si se te da por entrar.

No era mentira, pero tampoco la verdad.

Lo último que necesitaba hablar en ese momento con Daxon, era mi vida romántica. Además, al reflejo nunca le agradó el chico mágico, era mejor guardar esa conversación para otro momento.

Uno donde no estuviéramos buscando un tesoro y...

Me detuve frente a un cofre con la marca K. Bueno... no sabía exactamente dónde habrían pistas. Los Espejos habían estado ahí, eso era claro, el aroma... Antiguos, el poder y la energía que habían quedado en ese salón seguían impregnando cada libro en las repisas y cajas olvidadas.

El poder que tenían los Espejos era algo que no podía pasar desapercibido. En especial si teníamos en cuenta que había dejado todo mi aroma en uno de ellos, todo mi poder esparcido en él. Quizás por eso, dentro de cada dificultad, Tauren había logrado encontrarme.

— ¿Y en todo el tiempo que estuviste aquí, encontraste algo interesante, Daxon?

Su altura se apoderó en segundos del pequeño espacio, los libros a sus espaldas y las mesas en forma de estrella y pétalos de rosa brillaron gracias a las joyas que el reflejo siempre usaba. Una corta línea de tinieblas se paseó por sus brazos.

—Oh, amor, me conoces. Soy fascinante, en especial cuando tengo súper tareas.

— ¿Lo que quiere decir...?

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⏰ Last updated: May 10 ⏰

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DETRÁS DEL REFLEJO [#4]Where stories live. Discover now