CAPÍTULO 8 - NUEVOS TIEMPOS

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Nota de la autora: Los acontecimientos que tienen lugar a partir de ahora son una continuación alternativa del final de la primera temporada del anime.


Habían pasado seis años desde que Levi se uniera al Cuerpo de Exploración.
En ese tiempo el soldado que no había recibido ninguna instrucción y que entró en el ejército en unas circunstancias excepcionales demostró ser el soldado que la humanidad necesitaba para albergar un resquicio de esperanza.
Y bajo las órdenes del nuevo Comandante Smith, a raíz de que le nombrara Capitán, la coalición de los dos hombres dio innumerables victorias para la causa, consiguiendo que la fama del Cuerpo de Exploración creciera más que nunca.
En esa nueva valoración, evidentemente, también influyó el hecho de que los titanes atacaran los muros.

Durante cien años los hombres se habían limitado a vivir encerrados, aceptando lo que tenían y sin plantearse siquiera lo que habría fuera, por lo que para buena parte de la población los titanes no eran más que una leyenda. Nadie los había visto con sus propios ojos.
Por ese mismo motivo para el resto de la población el Cuerpo de Exploración, los únicos que habían tenido a los titanes cara a cara al ser los únicos que se atrevían a salir de la protección de los muros, no eran más que unos charlatanes que se aprovechaban del miedo para llevarse el dinero y la comida que les daba el Gobierno.
Sin embargo, cuando regresaban de las misiones y solo volvía la mitad de los hombres que salieron, lo que confirmaba que el enemigo era muy real, la opinión sobre los exploradores no mejoraba: ¿por qué tocarles las narices a los titanes y gastar con ello los impuestos que al resto de la población tanto le costaba reunir, cuando los muros ofrecían la mejor seguridad posible y sin pedir nada a cambio?

Todo eso cambió cuando el Titán Colosal y el Titán Acorazado atacaron el Muro María y destrozaron el Distrito de Shiganshina. Entonces los titanes sí se convirtieron en una amenaza real y la población pasó de denigrar al Cuerpo por robarle su comida, a exigirles que fueran a morir para salvar a la humanidad.
Y ellos cumplieron con su deber.
Con el Comandante Erwin Smith al mando y el Capitán Levi como su hombre de mayor confianza, durante años disfrutaron de la libertad de poder actuar sin tener que pedir permiso a la Policía Militar o al Gobierno, esperando a que les dieran partidas de presupuesto para organizar nuevas expediciones fuera de los muros.
Durante los seis años que siguieron a la destrucción del Muro María tuvieron carta blanca para hacer lo que consideraran necesario en cada ocasión.
Eso permitió a Erwin perfeccionar el plan de grandes proporciones que había estado ideando desde sus tiempos de cadete, antes incluso de entrar en la Academia. Especialmente a raíz de descubrir que Eren y otras personas podían transformarse en titán, sabía que con esa estrategia podría llevar a la humanidad a la victoria; costara lo que costase.

Pero entonces llegó el Titán Hembra, atacó el Distrito de Stohess, dentro del Muro Sina, y la suerte volvió a abandonar a Erwin Smith y a sus hombres. Para el Gobierno una cosa era hacer la vista gorda cuando con cada expedición del cuerpo aumentaba la lista de muertos, todos ellos soldados, y otra muy distinta que hubiera víctimas civiles. Y que además esos civiles fueran comerciantes, nobles y religiosos.

Como consecuencia se llamó a Erwin Smith para que diera explicaciones por sus últimas acciones y justificara la lamentable derrota sufrida por el Cuerpo de Exploración. Ninguno de los objetivos que había prometido: atrapar al Titán Hembra para descubrir el secreto de los titanes y usar el poder de Eren para que la balanza estuviera a favor de la humanidad se habían cumplido.

La reunión entre las tres facciones del Ejército fue tensa hasta decir basta.
Curiosamente, pese a ser una vista militar también se permitió que acudieran los representantes de los comerciantes de la ciudad, así como varios Sacerdotes de la Orden de los Muros junto al Alcalde de Stohess, quien dirigió la reunión.
No obstante, el alcalde apenas abrió la boca tras los cinco primeros minutos, aprovechando su tiempo para exigir al Comandante Smith que pagara por todos los destrozos provocados en la ciudad.

El PactoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt