EPÍLOGO - ANIVERSARIO

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Levi entró sin llamar en el domitorio del Comandante. Lo hizo en sigilo, no fuera a ser que Erwin estuviera durmiendo, pues ya era medianoche.

Como había temido, el gigante rubio seguía frente a su escritorio, haciendo anotaciones a la luz de una vela que estaba a punto de extinguirse. Exactamente en la misma posición en la que le había visto desde hacía tres días.

En un lado de la mesa, bajo un montón de documentos, descansaba toda la comida que se había encargado de llevarle en todo ese tiempo. Y por la sombra de la barba que ya empezaba a asomar en su anguloso rostro, tampoco había tenido tiempo de afeitarse.

Ver semejante escena terminó con la paciencia del Capitán, quien soltó un chasquido mientras se colocaba detrás del Comandante para arrebatarle la pluma.

- Aún no había terminado.

- Evidentemente –replicó Levi, sin asomo de culpabilidad- ¿Qué tal la cabeza?

Aquella pregunta consiguió que, en lugar de seguir quejándose, Erwin soltara un hondo suspiro:

- Da miedo lo bien que me conoces.

- Lógico. Es mi trabajo.

- Preferiría que no te lo tomaras como una obligación.

- Entonces no tendría tanta gracia... -entrecerró un poco más los ojos al ver a su Comandante en la misma posición-. ¿Es que no piensas levantarte?

- Levi... Todavía me queda mucho por hacer. No puedo...

- Sí que puedes. Y debes. Estás hecho un asco. ¿Cuánto tiempo llevas sin dormir esta vez? ¿Tres días?

- Eso no importa. Tengo que...

- No pienso repetirlo. –Miró a Erwin sin parpadear hasta que el Comandante se levantó. A continuación se sentó en la cama y dio un par de palmaditas sobre el colchón, indicando lo que quería que hiciera-. Quítate antes la camisa. Estarás más cómodo. -Erwin le obedeción sin rechistar, ante lo que le miró preocupado-. Debes estar más cansado de lo que pensaba. Es la primera vez que me obedeces tan rápidamente.

- Deberías alegrarte entonces... Hmmm -el gemido le salió sin darse cuenta. Tan pronto como Levi comenzó a masajear su cuello y cráneo, aliviando parte de la tensión acumulada.

- Me alegraré cuando estés durmiendo de una vez.

- Descansar es un lujo que no puedo permitirme ahora –protestó sin apenas energías-. Con la aparición de la legítima familia real estamos muy cerca de desvelar la verdad.

- Unas cuantas horas para dormir no cambiarán nada. Te recuerdo que solo eres un hombre.

- La verdad, te prefería cuando me llamabas monstruo -sonrió con cierta nostalgia, los ojos cerrados-. Al menos entonces no te tomabas tan en serio mi bienestar.

- Desagradecido. –Le dio unas palmaditas en el pecho-. Túmbate boca abajo.

- Pensé que decías que necesitaba descansar –bromeó el Comandante, obedeciendo a su Capitán-. Aunque, para lo que tienes en mente, supongo que no hace falta que esté consciente siquiera...

- ¿Qué clase de pervertido crees que soy? No es eso lo que quiero hacerte.

Sin decir una palabra más, Levi se sentó a horcajadas sobre el trasero del Comandante, para a continuación llevar las dos manos a sus hombros. Ejerció presión sobre los músculos, tratando de destensarlos.

El PactoWhere stories live. Discover now