Maddox Gaskell es llamado en el bajo mundo como el diablo por la despiadada forma de operar su casino y por su frialdad al tratar con los deudores.
Para él no existe la bondad; nunca la ha recibido de nadie y mucho menos la otorga.
Brooke...
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Abrió el sobre y miró la hoja escrita de puño y letra de su abuelo con el sello original de la notaría, lo que le hizo suponer que el notario conocía el contenido de todo eso.
Vio la fecha y se dió cuenta de que tenía más de seis meses de haber sido escrita.
«Querido Maddox:
No he sabido de ti en más de una década, quiero pensar que aún vives, que estás bien y que eres feliz. Si lo eres me alegra y si no lo eres se acumulan sentimientos encontrados en mi pecho.
Eres mi nieto, mi sangre, pero también eres la persona que llevó a al estado actual a su propio padre, el mismo que deshizo la hermandad entre mis hijos, entre tus hermanos y quien casi acaba con la vida de tu madre.
A pesar de todo eso te perdono y deseo de todo corazón que puedas resarcir el daño que hiciste volviendo a la familia, uniendo los que rompiste.
El propósito de dejarte todo a ti no es una venganza para ellos ni un premio para ti que no merezcas.
La idea de hacerlo es que puedas reinsertar en la familia y restaurar la relación. Sé que no fue todo tu culpa pero alguien debe cargar las consecuencias y de hecho has Sido tú, por ello he decidido legar todo mi patrimonio con sólo unas condiciones. Como bien sabes, nada es gratis en esta vida y lo primero que voy a decirte es que tienes un año a partir de mi fecha de muerte para casarte con una buena mujer que sepa ayudarte a reunir a la familia como antes.
Está debe cumplir solo dos condiciones, la primera de ella y la más importante es amarte, amarte de verdad y con el corazón entero y la segunda aunque trivial pero no menos importante es someterse a la prueba de efecto terminó para saber si miente en su enamoramiento o no.
No importa si te has casado ya, si ella no pasa la prueba, la fortuna no te será entregada y será repartida entre el resto de la familia.
Confío plenamente en que la mujer que tengas a tu lado será la mejor y que le darás el lugar que se merece, que el amor prevalecerá.
Tengo claro que debes estar odiándome en este momento y no es para menos pero estoy seguro de que podrás lograr el cometido.
Siempre te quise, te aborrecía y me decepcioné de lo que hiciste pero eso solo fue un instante antes de que recordara lo buen chico que eras.
Espero que pronto te cases y desde donde esté pueda verte feliz.
Te quiere tu abuelo».
—¡Viejo hijo de perra! —gritó al tiempo que la puerta se abría para dar paso a Brooke.
—¿Puedo pasar? —preguntó nerviosa—. He terminado y solo me falta este despacho.
