Capítulo 26

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Los siguientes semanas ambos se la pasaron en una especie de luna de miel donde ambos se besaban y abrazaban en cada rincón del casino

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Los siguientes semanas ambos se la pasaron en una especie de luna de miel donde ambos se besaban y abrazaban en cada rincón del casino.

   Maddox iba por ella a su casa y la dejaba cada día después de su salida buscando siempre algún momento a solas.

   En general ambos estaban bien con lo que tenían. A ojos de todos eran una pareja y ella empezaba a sentir que Maddox era la persona que necesitaba en su vida.

   Por supuesto no la dejaba jugar en el casino y tampoco le exigía la deuda.

   Poco a poco en semanas las cosas entre ellos se volvieron serias.

  Los dos buscaban la manera de pasar la mayor cantidad de tiempo juntos.

   Maddox le enviaba flores, dulces e incluso le escribía notas bonitas, además claro de haberle dado un celular.

   Brooke devolvía los regalos con comida y poco a poco se hizo una costumbre comer juntos, exigirse tiempo para ellos y afianzar su relación.

   Aunque la mamá de Brooke no estaba del todo conforme temiendo que ella estuviera sacrificándose por su familia no había aceptado la relación pero después de ver a su hija reír, gritar de emoción, bailar en la calle cuando él llegaba y suspirar emocionada cuando le daba un obsequio pensó que después de todo no era tan malo.

   Lo observó a él y aunque le costaba descifrar lo que sentía en algunas ocasiones lo pillo mirando a su hija de una forma extraña.

   Sonreír mientras ella veía el atardecer, observarla con anhelo y aunque era bastante hermético para ella era innegable que el hombre estaba prendado de su hija.

   Maddox llegaba a diario a dejarla y los días en que el casino no abría se la pasaban juntos a todos lados, incluso en su casa, ambos llegaban y preparaban la comida.

   La mujer admitía que desde que todo entre ellos había empezado, ninguna padecía. Él proveía la comida de forma discreta pero autoritaria y a diario comía en la casa con su hija y solo a veces llegaba con su amigo.

   El hombre de los tatuajes conversaba con ella y con su hija Scarlett, lo que la hacía aún más cómoda.

   Tenía que admitir que el joven era un encanto y sumamente gracioso.

   Nunca había visto reír tanto a su hija, a ninguna de las dos.

   Ambas seguían preocupándola pero debía admitir que se veían felices, sobre todo Brooke que era llamada por su amigo tatuado como Lilith mientras que Maddox se enfadaba pero a Brooke parecía hacerle gracia.

   Brooke constantemente miraba a la calle para verlo llegar.

  Tal como había imaginado, su ex novio la había buscado para reiniciar donde lo habían dejado y a ella en otra ocasión le hubiera encantado pero la realidad es que su corazón estaba ocupado.

Complacer al diablo. (serie El club de los desterrados 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora