Capítulo 32

190K 13.4K 4.8K
                                    

Las miradas se posaron sobre Scarlett que parecía realmente molesta y nadie sabía por qué

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

Las miradas se posaron sobre Scarlett que parecía realmente molesta y nadie sabía por qué.

—Puedo llevarte —dijo Hurs tomando su brazo.

—Gracias —respondió soltándose de su agarre—. Vine con mi hermana y me voy con ella, no me gustaría que pierdas tiempo conmigo cuando puedes estar con tus amigas.

   Max comenzó a reír y más cuando vio a Hurs mirar a Maddox desconcertado.

—¿Por qué no te quedas aquí? —dijo Maddox pasando su brazo por los hombros de la chica—. Brooke y yo tenemos algo que decir más tarde y estoy segura que a ella le gustaría que estuvieras aquí.

—Sí —añadió Brooke—. Quiero que estés conmigo más tarde.

—¿Entonces podemos ir abajo? —sugirió haciendo que su hermana frunciera el ceño.

—Por supuesto —respondió.

—Las acompaño —agregó Hurs pero la mano de Scarlett lo detuvo.

—Quiero platicar con mi hermana —dijo y extendió la mano esperando a que su hermana la guiará.

  Brooke lo hizo mirando alrededor sin entender y dejando a las cuatro personas en el lugar en completo silencio.

—¿Qué carajos le pasa? —inquirió un consternado Hurs.

—Celos, se llaman celos —dijo Maddox—. Melina no ha dejado de coquetear contigo desde que entró.

—¿Estabas coqueteando? —preguntó Hurs mirándola directamente.

—Descaradamente —respondió Melina.

—Que distraído —dijo Hurs con gesto compungido—. Lo siento, no me di cuenta. Estaré atento y ya puedes empezar a coquetear de nuevo.

   Melina comenzó a reír acercándose a él y dejando un beso en su mejilla.

—El experto en celos ya dijo que la ciega estaba celosa —dijo Max atrayendo las miradas.

—Se llama Scarlett —dijo Hurs con tono reprobatorio—. Deja de ser tan despectivo que tú eres idiota y no por ello vamos recalcándolo a diario.

   Max se quedó serio y miró a su amigo con reproche.

  Melina por su parte se acercó a Hurs de nuevo y pasó su mano por el pecho de este que solo sonrió.

—Podríamos recordar viejos tiempos —dijo haciendo que el hombre riera.

—Que asco —dijo Maddox—. Pueden al menos fingir que no pasó nada entre ustedes. No quiero ni imaginarlo.

   El rostro de Melina no era otro que el de contener la carcajada que pugnaba por salir.

—Envidioso —dijo Hurs—. Que culpa tengo de ser más guapo y además mucho más alegre.

Complacer al diablo. (serie El club de los desterrados 1)Kde žijí příběhy. Začni objevovat