Capítulo 49

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Maddox no supo cómo demonios llegó tan rápido hasta el hospital pero estaba seguro de que su corazón estaba a punto de explotar, de miedo, de felicidad, de todo

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Maddox no supo cómo demonios llegó tan rápido hasta el hospital pero estaba seguro de que su corazón estaba a punto de explotar, de miedo, de felicidad, de todo.

   Su madre aún lloraba de emoción tras la noticia de que había despertado, pero aún no la dejaban ver. No importaba en ese momento, lo único que le importaba era que estaba despierta y que seguramente las noticias del doctor no serían malas. A ella no podía pasarle nada, ella no lo merecía.  

   Se pasó la noche esperando junto a las dos mujeres con desesperación porque nadie salía a decirles nada, tanto que cuando se hizo de día llamó a sus amigos que no tardaron en aparecer para estar ahí.

  Parker lucía tranquilo, inmutable, Hurs cansado por el esfuerzo físico, Max totalmente indiferente.

   Algún tiempo después apareció Melina con su aire de diva totalmente tranquila, con una sonrisa amable, como si horas antes no hubiera asesinado a alguien.

  Se sentó a un costado de Parker que no la miró en absoluto como era su costumbre.

   Maddox estaba seguro de que Parker la estimaba pero de ninguna manera iba a enamorarse de ella jamás. De hecho creía que ese hombre era incapaz de sentir algo así por alguien, no desde ella, no cuando lo obligaron a matar sus sentimientos.

   Él quería a su amigo pero tenía claro que su arrogancia y su desparpajo era el muro que una mujer debía romper para arrebatarle el corazón, también tenía claro que parecía imposible cuando el mismo aniquilaba desde el primer momento a cualquiera evitando precisamente que alguien se colara más allá, incluso se lo impedía a Melina.

   Jamás lo había visto preocupado por nadie que no fueran su hija o ellos mismos pero fuera de eso nadie más.

  Esa mañana Maddox lo observó completamente enfadado sin saber por qué. No miraba a Melina pero dudaba que su enfado fuera con ella, jamás peleaban y nunca tenían discusiones por nada, eran tan parecidos que eso era imposible.

—¿Está todo bien? —preguntó—. Esa tranquilidad excesiva no me engaña. Sé que estás enojado.

   Lo vio lanzar un bufido, lo que significaba que estaba realmente molesto.

—No es nada, se me pasará —dijo con aburrimiento.

—Para no ser nada te tiene bastante molesto —insistió Maddox que recibió una mirada que dejaba claro que no quería que lo fastidiara.

  Comenzó a reír al ver su rostro cansino hasta que lo escuchó bufar de nuevo.

—Conocí a una tipa de lo más vulgar y desagradable —dijo haciendo movimientos con las manos restándole importancia—. Tuve un mal momento y me enfadé por sus estupideces.

—¿No es que la gente es aburrida e insignificante? —preguntó divertido—. No debe ser tan estúpida si logró lo que en años no he visto hacer a nadie.

Complacer al diablo. (serie El club de los desterrados 1)Where stories live. Discover now