Capítulo 12

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—¡Lárgate! —dijo y la mujer lo miró contrariada—

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—¡Lárgate! —dijo y la mujer lo miró contrariada—. ¡Dije que te largues!

   Vio el auto de Max salir del estacionamiento y golpeó el volante furioso.

   La rubia obedeció y se fue arreglando su ropa como pudo mientras él volvía dentro del casino y subía las escaleras a su oficina.

   Dentro Parker miraba su pantalla y la giraba para que la viera con un gesto interrogativo.

—¿Es quién creo que es? —dijo señalando el fondo de pantalla—. Deja que te diga que no es tan bonita como presumes.

  Maddox se acercó y apagó el monitor mientras Parker se reía.

—La verdad no peca pero como incómoda —dijo riendo y parándose para salir—. En fin, yo ya me iba a descansar un rato antes de tener que volver por la noche y pasaba a despedirme pero de haber sabido que encontraría a mi amigo de mal humor me hubiera saltado las cortesías.

—La mocosa es una zorra disfrazada de cordero —dijo y Parker enarcó una ceja mientras volvía a sentarse.

—A mí la verdad que me parece bastante inocente —replicó—. Al menos a primera vista.

—Tú qué sabes —aseguró molesto—. No tienes la más mínima idea de esto.

—Puede que de tu caso no —respondió restándole importancia—, pero olvidas un pequeño detalle: soy toda una leyenda entre las mujeres —dijo encogiéndose de hombros—. Nunca nadie se ha quejado de mis artes amatorias ni del tamaño de mi miembro y para acentuarlo todo algunas aseguran que tienen crías mías. Aparte de un buen amante, soy todo un semental.  

   Maddox no pudo evitar sonreír ante lo que escuchaba y terminó lanzando un lápiz a Parker que al menos logró que sonriera.

—Ahora que he dado fiel referencia de mi conocimiento en el tema exijo que me digas qué ha pasado —dijo con una sonrisa—. Cuéntamelo todo.

—No creo poder con la mocosa —añadió—. Acaba de irse en el coche de Max cuando minutos antes estuvo besándose conmigo. Resultó más zorra que el resto.

   Parker alzó las cejas analizando lo que escuchaba y pensando qué podía estar pasando.

—Así que el estallido de testosterona se debió a los celos —dijo con una sonrisa que enervó a Maddox—. Los celos son terribles.

—Deja las burlas, Parker —advirtió enojado—. Max sabe perfectamente lo que pretendo y aún así está de arrastrado con ella y evidentemente ella no se queda atrás. Estoy perdiendo mi maldito tiempo con esa mocosa.

—Creo que no pierdes nada —dijo divertida—. Está clara cuál es tu ventaja frente a un conquistador de nacimiento, pero no quieres verla.

—Dime una sola vez en la que Max haya perdido una conquista ante nosotros —dijo mirando directamente la sonrisa que se formó en Parker.

Complacer al diablo. (serie El club de los desterrados 1)Where stories live. Discover now