Capítulo 12.

12 2 0
                                    


Antes.




Una vez que mi familia, mi madre Marina, mi padre Víctor y mis hermanas Sandra y Carlota, y Frederick se conocieron todo empezó a ser un poco más sencillo, menos mentiras sobre a dónde voy o de dónde vengo. Todos creen que hacemos vida de pareja, sí tan solo supieran que lo único que hacemos es pulir los detalles de nuestra supuesta relación. Antes de que pudiera realizar e interiorizar lo que está aconteciendo en mi vida ya estamos en el mes de abril, y por ende el cumpleaños de Frederick, sería este sábado, le toca venir aunque preferiría que no lo hiciera.


Después de seis horas sin parar con el idioma tengo hambre, me empieza a doler la cabeza y solo quiero dormir.


- No tendrías que estar malgastando este día así - señalo los apuntes de alemán que hay en el sofá -


- Lo estoy invirtiendo en tu aprendizaje -


- Ya sabes a lo que me refiero - éste aparta los folios


- En realidad no lo sé, explícamelo - no puedo evitar suspirar.


- ¿Qué es exactamente lo que pretendes Frederick? Ten a bien recordar que aunque en muchas ocasiones me haga la tonta, no lo soy -


- ¿Qué tiene eso que ver? -


- Joder, eres más obvio que un elefante con lunes de navidad - le pongo la mano en la mejilla - y aunque lleve gafas y sea miope, te veo venir de lejos querido - se sonríe, <<me alegra que te haga gracia>>


- Tenemos muchos detalles que pulir y el tiempo se agota, al acabar agosto vamos a tener que estar fingiendo la mayor parte del tiempo y si te sobresaltas y pegas un bote cada vez que me acerco a ti o que simplemente te rozo con un dedo esto se va a ir a la mierda -


- Eso es tu culpa, siempre te acercas cuanto estoy desprevenida y en otra orbita -


- Tu siempre estás en otra orbita querida, ese es el problema -


- ¿Y qué sugieres? si se puede saber - este sonríe de lado y acto seguido noto como sus manos están a ambos lados de mi cara y acerca su cara a la mía tanto que nuestras narices se rozan.


- Para empezar, que seas más cariñosa - quita la mano izquierda de mi cara y la lleva al pelo.


- Ya estoy siendo cariñosa - susurro.


- Pues entonces te pido que seas más empalagosa - intento echar la cabeza hacia atrás, pero me lo impide.


- Quita la mano de ahí, me estoy empezando a agobiar - tarda un par de segundos pero finalmente quita las dos manos. Inspiro con fuerza y antes de que se haya alejado del todo me siento a horcajadas encima de sus rodillas - Soy tímida, muy tímida en realidad - paso la mano por su perfecto pelo, me moría de ganas de despeinarlo - aunque cuando me retan me desinhibo un poco. Odio los cambios, me desestabilizan demasiado pero a la vez sino hago alguno de vez en cuando me asfixio. Por norma general no soy muy cariñosa que digamos y mucho menos en público, me resulta demasiado incómodo. Soy plenamente consciente del trato que tenemos y qué es lo que se espera de mi - echo la cabeza hacia atrás y sonrío con los ojos cerrados - no soy una persona fácil de tratar, lo reconozco, soy una montaña rusa y cada cierto tiempo necesito mi espacio lo más sola posible para recuperar energía. Como puedes comprobar hablo hasta por los codos - lo vuelvo a mirar y me quito de encima de él - aborrezco las mentiras, por muy irónico que parezca, me desestabilizan y sacan lo peor de mi - es muy importante para mí lo que voy a decir a continuación y espero ser lo suficientemente clara - ya que vamos a compartir tanto tiempo y espacio, me gustaría que llegásemos a ser amigos, amigos de verdad.

LIES.Where stories live. Discover now