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Ha pasado muchísimo tiempo, pero aquí traigo otro capítulo. Ojalá lo disfrutéis mucho.

Por favor, a esas lectoras fantasma, agradeceré mucho el apoyo y los comentarios. Son lo que más ganas de seguir escribiendo me dan. 

¡Disfrutad!

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"Querida Brooke:

Jamás en la vida me había divertido tanto con alguien. Tu sonrisa es preciosa, aunque ya lo sabes, pero también es tremendamente contagiosa. Y adictiva. Es hermosa.

La sonrisa sarcástica y la sincera, incluso la triste. Podría estar mil años observándola y sintiéndome el hombre más completo del mundo. Sé que ya he hablado antes de ella, pero es lo único que necesito ver cada día.

Gracias por ser la única persona que consiguió hacerme sentirme así.

6º - Ojalá besarte"

—¿No se va a cansar nunca de enviar tonterías? —bufé harta, arrugando el papel azulado y perfumado con el mismo olor de siempre.

Aquél Jueves amaneció como de costumbre y sorprendentemente me levanté de buen humor, preparada para las primeras prácticas de Anatomía I. Según nos había comentado el profesor a través de un email, hoy nos guiarían a la sala de disección y comenzaríamos a tratar con cuerpos reales; aquello no hizo más que alegrarme la mañana y correr hasta la facultad con una sonrisa de oreja a oreja, cosa no muy común en mí. Sin embargo, abrir la taquilla y encontrarme aquella carta de amor consiguió borrar todo rastro de alegría.

No sabía si me molestaba el hecho de recibir una carta anónima en sí, o si simplemente odiaba el no saber de quién se trataba. La curiosidad aumentaba cada vez más, pero preferí ocultarlo, tirándola en la papelera más cercana.

Distinguí la figura de Jimin unos metros más allá, sosteniendo abierta la puerta de su taquilla mientras mantenía los ojos sobre mí. Pude divisar una pizca de decepción en ellos que no me movió ni un poco, pues aún no podía olvidar lo que ocurrió noches antes. Sabía que aquellas orbes sólo trataban de victimizarse, incluso sabiendo de que la causa de mi enfado no era más que su culpa y me negué a sentir ni un poquito de pena, apartando la mirada tan rápido como pude para dirigirme a mi primera lección del día. Con suerte, no compartiría aquella materia con él.

—¿Preparada para utilizar el bisturí? —Yoongi me alcanzó cuando estuve a punto de entrar al laboratorio y sonreí ampliamente, sosteniendo la bata blanca que había agarrado de mi taquilla minutos antes. Aquella asignatura sólo la compartía con el gemelo de cabellos verdes y Taehyung, aunque el segundo no parecía que fuese a hacer acto de presencia ese día.

Me la coloqué con facilidad y pronto tomé dos guantes esterilizados, siguiendo las órdenes del profesor. Frente a nosotros, tres bultos reposaban tranquilamente sobre sus respectivas camillas, todos cubiertos por una sábana blanca. Un hedor no muy agradable a formol me inundó las fosas nasales, pero aún así sonreí.

—Llevo tiempo esperando este momento —contesté. Mis dedos se enredaron en mi cabello para atarlo en una firme coleta y el chico carcajeó a mi lado, negando con la cabeza.

—Ya sabía yo que tenías rasgos psicópatas, Brooke.

—Viene con mi personalidad —bromeé.

El catedrático dividió la clase en tres grupos pues éramos demasiadas personas y agradecí mantenerme junto a mi amigo, que no dejó de soltar comentarios sobre mí en la hora y media de lección. Nos dedicamos a observar la musculatura, sistema óseo y los paquetes vasculonerviosos por turnos siguiendo las instrucciones del profesor y también utilizamos el microscopio en algún momento, el cual parecía fascinarle a Yoongi.

Trillizos Park. - bts.Where stories live. Discover now