Un nuevo día

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Se despertó llorando, vio el rostro tranquilo de Chaeyoung sumido en un profundo sueño y miró el reloj, eran las doce y cuarenta de la madrugada, unos brazos protectores la sujetaron con seguridad y gentileza unos minutos después y se encontró llorando de muevo entre los brazos de su mejor amiga justo como la noche anterior.

Después de que el llanto cesara y tratando de no perder todo su orgullo, se separó de la chica que amablemente la reconfortaba y se dirigió al baño mientras que la otra iba a la cocina por un poco de helado, se descubrió en el espejo y un escalofrío la recorrió por completo al verse reflejada pálida como un fantasma, con los ojos rojos, garganta seca, los labios partidos y la cara hecha una desgracia, ni hablar de su cabello enredado y opaco. Cerró los ojos con impotencia y antes de que las lágrimas traidoras surcaran sus mejillas se lavó el rostro, un gemido ahogado escapó de sus labios al sentir el agua fría en contraste con su cuerpo, rápidamente su vista se nubló y se vio de nuevo llorando.

No era solo una pesadilla, su mente retorcida y cruel le hacía recordar aquello que había sucedido tres semanas atrás, ese día había planeado lo que iba a ser la mejor noche de su vida, nunca imaginó que las cosas terminarían de aquella manera.

Pensó  en su novia buscando desesperadamente no volver a llorar, habían sido los cuatro meses más perfectos de su vida, en su chica encontró tantas cosas que ni ella misma sabía que estaba buscando hasta que ella apareció, los problemas parecían ser un juego de niños si veía aquella sonrisa dulce y tímida de la que empezaba a enamorarse. Solo pasaba miserias cuando terminaban peleando con su chica y a pesar de lo que todo el mundo especulaba, casi nunca sucedía.

Aquella noche estaba planeada cautelosamente, había invertido tanto esfuerzo en que todo saliera de acuerdo a lo planeado, sus padres estarían fuera de la ciudad y había invitado a su chica a cenar, había decorado todo de forma especial queriendo mostrarle a su novia que ella podía ser romántica y dulce si se lo proponía. El timbre sonó y ella se arreglo el cabello nerviosamente mirándose una última vez al espejo antes de bajar las escaleras casi corriendo y abrirle la puerta a su chica. Se llevó una amarga sorpresa al descubrir a su novia con varias jóvenes más, las reconoció de inmediato, eran compañeras de su salón.

Disimuló su descontento y las dejó pasar a todas con una sonrisa forzada que solo su novia reconoció, las guió inmediatamente a la zona de estar y se encerró en la cocina tratando de calmar la ira que la embargaba, se suponía que esa noche era solo de las dos y de repente se sentía estúpida.

  — Lo siento. —  Se disculpó su novia mirándola con cautela desde el marco de la puerta, ni siquiera había escuchado la puerta abriéndose. — Será solo media hora y apenas se marchen estaremos solo las dos, ¿de acuerdo?

Se mantuvo en la misma posición hasta que su chica la tomó entre sus brazos y la besó tentativamente, quiso rehusarse pero en seguida devolvió el beso. No podía estar molesta con su novia, ella también le había fallado muchas veces y la otra la había perdonado. Se separaron jadeantes, una sonrisa estúpida se formó en sus labios mientras su novia se sonrojaba. Era increíble como su novia era tan tímida que seguía sonrojándose con un simple beso.

Trató de disfrutar de la velada y esperó pacientemente porque todas se fueran, sin embargo a medida que pasaba el tiempo la cantidad de personas en su casa aumentaba, de pronto y sin saber cómo se vio rodada de casi media escuela, la música sonaba alto en el equipo de sonido de sus padres mientras que personas que nunca había visto en su vida pasaban el rato en su casa. Perdió de vista a su novia y dos horas después estaba desesperada porque todos se fueran, finalmente a las once y media de la noche escuchó todo tipo de insultos mientras lograba despachar a todos.


[...]

Dos horas después su casa estaba decentemente limpia, había sacado tres bolsas llenas de papeles, botellas de alcohol, colillas de cigarro y un montón de cosas más. En toda la noche no había visto a su novia, pero supuso que se había marchado. Subió molesta a su habitación rogando porque nadie hubiese entrado y en cambio encontró a su chica allí sentada en su cama mirando de forma ausente la pared, se avergonzó sin poder evitarlo, había decorado la habitación pensando que si todo salía bien podrían dar en siguiente paso.

➤Miénteme | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora