➤Miénteme | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈

Say somethings I'm giving up on you.

Podía escuchar el martilleo de su corazón bombeando con prisa, sintió que la vista se le nublaba y se le dificultaba respirar. Apenas aquella mujer desapareció de su vista Chaeyoung se recostó contra el locker soltando el aire que no sabía que llevaba conteniendo. Verla lo había removido todo. Cada recuerdo, cada momento había vuelto. Eso no era lo peor, lo peor era que ella había vuelto y en el instante que se enfrentó a ella no había estado pensando en otra cosa además de salir corriendo, pero ver a Mina al lado de aquella bruja la había enfurecido pudiendo con el miedo y la confusión.

¿Qué podía hacer ahora? Ella conocía a Mina probablemente la había visto entrar a su casa y la había investigado... siempre hacía su tarea. Pero ¿Qué hacer? No podía dejar a Mina, alejarse no la protegería, la haría un objetivo. Y ella definitivamente sabía lo que esa mujer era capaz de hacer. Un escalofrío la hizo estremecerse. No, Mina tenía derecho a saberlo...pero si lo hacía ¿Qué ocurriría?

—¿Chaeyoung?—Inquirió la Japonesa haciéndola volver a la realidad.

Chaeyoung se giró y se permitió observarla detenídamente por primera vez en semanas. Se veía tan preciosa. Un mechón de cabellos negros le caía por el rostro, sus labios rosados estaban entreabiertos y dos orbes oscuros la miraban con curiosidad y una emoción extraña con el ceño fruncido. Abrió la boca para responderle pero no salió ninguna palabra, ¿qué podría decirle de todas formas?

Llevaban semanas distanciadas, sin hablar o siquiera dirigirse la mirada por culpa de lo que había pasado una noche que parecía cada vez más distante. Ella había estado tan aterrorizada que en lugar de pedirle explicaciones había huido y ahora vivía sin querer mirar hacia atrás impulsada por el terror de confirmar que la única persona que siempre había estado ahí para ella la había traicionado. La culpa la había atacado y era el otro motor de aquel autoimpuesto sufrimiento.

Habían sido semanas duras, aun cuando la brecha entre ellas era tan grande y estaban tan lejos incluso vivían juntas. La escuchaba llorar con cada conversación con Nayeon, la oía maldecirse y despotricar al mundo cuando creía que ella no estaba prestando atención. Había estado presenciando en vivo y en directo como la persona que más amaba en el mundo se derrumbaba por culpa de algo que quizás no había estado en sus manos realmente, así que...¿Qué podía hacer? ¿Cómo podía exigirle que se mantuviera alejada de esa mujer y de ella sin que Mina no le pidiera explicaciones? ¿Cómo podía salvarla?

Y luego de la nada, la respuesta la golpeó dejándole el alma rota y la vida hundida.

Mina se estaba impacientando, no entendía de qué iba todo esto y la única razón por la que no estaba instigando a Chaeyoung a hablar era por el trance en el que se vio cuando Chaeyoung la miró de aquella forma, como si fuera la primera vez. La sensación agradable se vio reemplazada por l realidad, después de todo ellas estaban en un mal sitio. De repente se enfrentó a la mirada café de la chica. Contuvo el aliento al ver la extraña mezcla de emociones en su mirada y quiso llamarla una vez más pero Chaeyoung la interrumpió.

—¿Confías en mí?

—Sabes que sí.—Contestó Mina extrañada con la vulnerabilidad de la pregunta.

Chaeyoung se acercó y la tomó por la cintura, Mina se mantuvo estática sintiendo como su ritmo cardiaco aumentaba de repente, antes de que pudiera decir algo sintió el aliento de Chaeyoung contra su oído.

—Voy a contarte todo, pero necesitamos ir a un sitio menos público y no puede verse forzado. ¿Tienes alguna idea?—Cuestionó Son tratando de ignorar la forma en que su cuerpo empezó a responder con la sola fragancia de Mina.

—¿Qué está pasando?—Musitó dubitativa la pelinegra enfrentándose a las dos piscinas marrones que la miraban con una emoción silenciosa reflejada en ellos.—¿Chaeyoung?