Spider Web.

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—¿Estás bien?—Inquirió preocupada Jihyo observando a su acompañante.—Has estado muy callada desde que salimos del restaurant.

—Si...sólo pensaba.—Contestó la aludida mirando distraídamente por la ventana.—Hay algo que me ha estado molestando y no puedo sacarmelo de la cabeza.

—¿Puedo saber de qué trata?—Murmuró la chica frunciendo el ceño desconcertada.

—Es solo que...tú no te sorprendiste en absoluto ahí dentro. Me refiero a que lo que para nosotras fue una experiencia única para ti fue algo muy cotidiano. Lo que me hace pensar que en realidad Son y tú tienen más en común de lo que imaginaba.

—Creo que hemos hablado de Chaeyoung más que de nosotras mismas durante estas semanas.—Opinó Park cruzándose de brazos ligeramente molesta.

—Lo sé, pero es que son tal para cual. Las dos tienen los mismos gustos, son refinadas, reservadas e incluso se inclinan por los mismos hobbies, ¿en dónde me deja eso a mí? Ella te invita a maratones de películas que no entiendo, te lleva a cenar a sitios a los que no podré llevarte ni porque trabaje toda mi vida, te regala cosas costosas y es a quien acudes cada vez que tienes un problema...—Se quejó Sana perdiendo la paciencia.

—Pero te quiero a ti.—Exclamó Jihyo frustrada.—Sí, tenemos gustos afines, nuestros padres se mueven por los mismos círculos y pensamos parecido. Probablemente seríamos la pareja perfecta, pero no es de Chaeyoung de quien estoy enamorada, es de ti.

—Me alegro de eso, de verdad.—Masculló irónicamente Sana cegada por los celos.—Porque dices que no estás enamorada de ella, pero no recuerdo que le llevara mucho tiempo a Son llevarte a la cama.

—Oh, no. No dijiste eso.—Soltó estupefacta la actriz miando aturdida a la castaña.

—Sí, ¡sí que lo dije! Es más cada vez que están juntas sólo puedo pensar en el momento en el que entré a tu habitación y estaban revolcándose en...

Una fuerte cachetada resonó en el automóvil y el conductor se detuvo instantáneamente. Jihyo, miró por última vez a Sana quien se acariciaba sorprendida la mejilla, y se aclaró la garganta negándose a llorar enfrente de la castaña.

—Tú no tienes derecho a tratarme así, y si crees que soy fácil es porque probablemente no recuerdas cómo permitías que cualquier cosa con falda te manoseara a su antojo en cada pasillo de la escuela.—Gritó Jihyo perdiendo la paciencia.

—Jihyo...

—Así que tú eres la última persona que puede darme sermones sobre la promiscuidad.—Espetó dolida la chica, pero un sentimiento nuevo la llenó, quería hacerle daño a Sana, quería que sintiera al menos una parte de lo que ella estaba sintiendo. Con eso en mente sonrió con arrogancia.—¿Sabes? A veces desearía poder querer a Chaeyoung de la forma en la que te quiero, puedes decir lo que quieras de ella, pero al menos Chaeyoung sabe tratar a una dama en la cama...y fuera de ella.

Minatozaki apretó los puños con fuerza mientras parpadeaba estupefacta con la boca abierta, sentía los celos y la ira acumularse en su pecho, aquello había dolido pero se lo merecía. Debió haber cerrado la boca pero los estúpidos celos y la inseguridad la superaron.

—NamJoon, ¿podrías llevar a Minatozaki a casa? Creo que caminaré desde aquí.—Dijo Jihyo mientras tomaba su bolso y sus cosas. Luego se dirigió a la castaña.—En lo que mi respecta, esto se terminó.

—Por supuesto señorita Park. Llamaré a MinJu para que venga inmediatamente y la escolte hasta la mansión.—Intervino su conductor con una sonrisa comprensiva pero tensa.

➤Miénteme | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora