➤Miénteme | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈

¿Qué pasó ayer?

Mina se despertó a las once de la mañana, se levantó con desgana y cruzó la habitación con dirección al baño. Abrió la llave y empezó a llenar la bañera, se desvistió con parsimonia. Se apoyó en el estante y se enjuagó el rostro, luego se metió en la tina. Cuando terminó de arreglarse se miró en el espejo y se maquilló tratando de lucir decente. Cubrió las ojeras prominentes lo mejor que pudo, y salió en busca de sus amigas. Encontró a Nayeon sentada en uno de los sofás de la sala común con las manos en la cabeza. Su semblante preocupado le llamó la atención y no dudó en acercarse a ella.

—¿Estás bien?—Inquirió sentándose al lado de la presidenta.

Nayeon se reincorporó rápidamente y frotó sus ojos con la manga de su chaqueta tratando inútilmente de disimular las lágrimas que empapaban su rostro. Se aclaró la garganta.

—Hay algo que tienes que saber.—Acertó a confesar afligida Nayeon poniéndose de pie.—Ven conmigo.

Mina la siguió sintiéndose cada vez más desconcertada. Cuando entraron a la enfermería del resort Mina supo que algo terrible había sucedido. Caminó detrás de Nayeon mecánicamente sintiendo un calor abrirse paso por todo su cuerpo y la angustia apoderarse de ella. Im se detuvo frente a una cortina blanca y se giró.

—Mina...antes de entrar quiero que sepas que tienes todo nuestro apoyo. No estás sola.—Susurró la presidenta dejando a MIna más desesperada por saber que estaba pasando.

Cuando Nayeon abrió la cortina, Mina ahogó una exclamación de sorpresa.

[...]

Chaeyoung abrió los ojos confundida, había sentido que oscilaba entre la consciencia y la inconsciencia varias veces. A veces sentía un murmullo confuso pero antes de poder identificar qué era volvía a desvanecerse, esta vez se sintió diferente. Logró moverse pero el dolor fue insoportable, los recuerdos se agolparon en su mente desordenadamente y le tomó un minuto entenderlos.

Estaba esquiando y deslizándose por la nieve con soltura, se sentía fascinada con el paisaje pero al tiempo nostálgica, a su madre le encantaba esquiar. Escuchó los gritos de Sana y Jihyo y negó con la cabeza frustrada, quiso acercarse para impedir una nueva confrontación cuando aquel hombre la chocó con fuerza. Estuvo a punto de caer pero logró estabilizarse.

Un espantoso ruido resonó por toda la pista. Vio al tipo acercarse a ella pero antes de que él pudiera siquiera dar un paso más una de las torres del teleférico le cayó encima, matándolo al instante. Chaeyoung se quedó ahí de piedra sintiendo la sangre del sujeto salpicar su rostro. Retrocedió un par de pasos asustada y aunque escuchaba los gritos, la histeria y el caos apoderarse de la pista, ella no fue capaz de reaccionar. Estaba impactada. En su mente sólo se repetía la imagen del hombre siendo aplastado por el gran tubo de acero, tropezó y cayó en la nieve. No supo cuanto tiempo se quedó ahí sentada con las piernas y las manos apoyadas en el suelo, la boca abierta y la mirada perdida en la nieve teñida de rojo.

[...]

—Si esto es una broma se están pasando, chicas.—Exclamó Mina histéricamente mientras retrocedía sin ser consciente de que estaba llorando.—No pueden inventar algo tan ridículo.

—Sana y yo peleábamos, fue como si el infierno se desatara en esa pista. Todos corrían y gritaban y llegaron varios vehículos de nieve. Estábamos aterradas, sin saber que hacer cuando una mujer se acercó a nosotras y practicamente nos arrastró al vehículo.—Relató lentamente Jihyo de improviso haciendo que todas la miraran desconcertadas. Era lo primero que decía desde que estaba postrada en esa camilla.—No entramos, nos quedamos en la puerta viendo los que ocurría. Una avalancha en lo alto de la montaña había destruído los postes del teleférico y había tomado tanta fuerza que había llegado hasta la pista. Los postes caían como si fueran fichas de dominó, uno detrás de otro, y ellos tenían que evacuarnos antes que la avalancha nos alcanzara.