Veintidosavo Capítulo.

2.6K 190 39
                                    

El suave pero constante golpeteo de la lluvia la despertó. Abrió los ojos sintiéndose difusa y cálida. El calor del cuerpo enredado en el suyo la confundió y después de mirar el techo de madera con la mente en blanco por varios segundos, o incluso minutos, por fin recordó.

Todos aquellos besos desesperados y susurros incoherentes, los gemidos, rasguños y las promesas de amor. Chaeyoung y ella entregándose por primera vez en cuerpo y mente. Después de tantas confusiones y malentendidos, de tantas noches sin dormir y sentimientos encontrados. Chaeyoung era suya, finalmente.

La chica descansaba tan tranquilamente entre sus brazos, que Mina se sintió realizada. Era la primera vez que Chaeyoung no había despertado gritando entre lágrimas después de lo que había pasado en aquella montaña. Probablemente habría sido el cansancio, puesto que no habían caído rendidas hasta el amanecer. Casi parecía un sueño.

Casi.

Su cuerpo entumecido y ligeramente magullado, producto de la pasión desbordada de la noche anterior le quitaba ese misticismo. No, no estaba soñando. Era todo verdad. Había sido tan imperfectamente suyo que no podía dejar de sonreír. Quería saltar, gritar y volver a hacerlo, todo el tiempo. La chica que amaba desde que tenía uso de razón estaba desnuda entre sus brazos y Mina no podía dejar de sonreír. La misma que poco a poco empezaba a removerse volviendo al mundo de los vivos. Dudosa y sin saber exactamente que hacer, Mina resolvió hacerse la dormida, esperando que Chaeyoung le diera las pautas de cómo actuar.

La castaña se despertó menos confusa que la pelinegra, se estiró ligeramente tratando de no ser muy brusca en sus movimientos y abrió los ojos lentamente. El rostro de la Japonesa a unos centímetros del suyo la sorprendió, pero logró sobreponerse. Un tropel de pensamientos la invadió de repente, pero, por una vez en su vida decidió dejar las preocupaciones para después. Observó a la pelinegra y no pudo evitar sonreír tímidamente. La noche anterior había sido toda una experiencia increíble pero ahora no estaba muy segura de cómo debía actuar. Acarició aquellos cabellos negros con cariño mientras se perdía en sus pensamientos.

—Ver a alguien mientras acaricias el cabello, si... eso no es nada espeluznante Chaeyoung.—La provocó la chica al darse cuenta de que la castaña estaba tan perdida o quizás más que ella sobre lo que debía suceder a continuación.

—M-mina...—Tartamudeó Son sorprendida antes de apartarse impulsivamente.—Umm yo...y-yo sólo...

—Hey, nunca dije que te detuvieras.—Demandó la Japonesa con una sonrisa caprichosa.

Chaeyoung sentía la cara caliente, después de todo no sabía cómo reaccionar. Había mostrado a Mina una parte de ella que solo Dahyun había llegado a conocer, y ella misma había sido testigo de cómo aquella que siempre había sido su mejor amiga se volvía algo distinto a sus ojos. Mina sonrió enternecida imaginándose el desastre que debía estar ocurriendo en la cabeza de la castaña, Chaeyoung siempre pensaba demasiado todo. Decidió salvar a la pobre chica de sufrir un aneurisma y le robó un beso corto pero dulce.

—¡¿Qué tipo de novia me conseguí?—Dramatizó la pelinegra exagerando sus movimientos melodramáticos.—¡Quién diría que detrás de la máscara de seriedad de Son Chaeyoung se escondiera una ninfómana acosadora!

—¡Mina!—Se quejó horrorizada Chaeyoung sonrojándose furiosamente mientras se alejaba de la pelinegra y trataba de cubrirse la cara con el cobertor.

—Venga, después de anoche no voy a caer con esa falsa cara de timidez. Si eres una pervertida...—Se burló Mina riendo estrepitosamente mientras se arrojaba encima de Chaeyoung quien trataba de escapar de la energética Japonesa.—Mí pervertida...

➤Miénteme | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora