DUAL: Origins

primera parte del escape

Desperté en un sótano oscuro no era el final, pero estaba atrapado, las chicas llevaban la delantera, pero aún no ganaban. Mi única ventaja sobre ellas era que son demonios, la parte mala era que me habían quitado todas las armas y yo aún no sabía si podía hacer lo mismo que hizo Alyxa y Dominik de hacer aparecer armas de la nada. Lo otro que tenía era que si a las doce no lograba escapar de aquí ella vendría por mi, ya sentía su presencia en la ciudad y estaba algo inquieta.

Sin embargo, no era la única que andaba rondando por ahí, también sentía a Dominik cerca, de seguro se enteró que la dejé sola. Se iba a meter en problemas, no estaba con sus superiores y podían seguirlo en cuanto lo encontraran sospechoso no lo dejarían tranquilo y Alyxa sería blanco fácil. No podía dejar las cosas así, tenía que escapar.

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Tengo un olfato agudo para los problemas y se que ese par lo estan y así me cueste la vida debo ayudarlos por suerte es sencillo encontrarlos. Aly tiene un olor inconfundible y Axel uno bastante común entre su gente pero con un toque muy particular. Ambos corrían peligro pero primero tenía que ir por Alyxa era la ley, tengo que protegerla bajo cualquier circunstancia, no se encontraba muy lejos de aquí alguien le seguía los pasos y yo se quien era ese alguien, un soldado de Horn uno muy leal tenía que acabarlo sin que me notara, sería mi fin si me reconoce.

Corrí dos calles mas abajo hacia un parque y allí la vi, sentada, esperando algo; probablemente a Axel y detrás suyo Kurtx un soldado de la noche altamente peligroso y bien entrenado y la peor parte de todo era que ella estaba muy distraída para darse cuenta que la seguían, tenía que mandarle una señal.

Lancé un par de piedritas a sus pies para que notara mi presencia, levantó su cara alarmada, por suerte, y también me reconoció. Le hice una seña de sigilo que entendió a la perfección y se dirigió a mi disimuladamente. Me senté en el banco al que ella se dirigía mirando al lado opuesto con mi capucha en la cabeza tapándome la cara. Nadie allá abajo conocía esta prenda así que no tenía tanto riesgo.

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Ya eran las 11.30 de la mañana y no había señal alguna de Axel, me preocupaba, algo le habían hecho esas chicas, lo sabía, sabía que era mala idea y aún así lo dejé seguir.

Caminé al parque mientras escuchaba en el reproductor una canción titulada "American Idiot de Green Day". No miraba a mi alrededor, tal vez fue un error minutos después de haberme sentado alguien intentó llamar mi atención lanzando piedras a mis pies, me tocó levantar bruscamente la cabeza y buscar de donde venían; reconocí esa chaqueta con solo un vistazo. Si el estaba aquí algo realmente estaba mal, me acerqué a el lo mas normal posible y me senté en donde se había ubicado mirando a su lado contrario.

-¿Que sucede? -pregunté apoyándome hacia adelante y tapándome la boca para que no notaran que hablaba-.

-Un tipo muy peligroso te sigue, no puedo dejar que me vea la cara, si lo hace estoy muerto -me respondió de una forma pausada y muy clara-.

-¿Tengo que matarlo yo?

-Lo ideal sería que si... Mientras menos interactué con el mejor.

-Vale.

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Su respuesta me había dejado impactado, no creí que fuera a arriesgarse, mi cuerpo temblaba, si algo le pasaba a ella yo no sabría que hacer, no puedo dejar que le hagan daño, sería un tonto. Debo protegerla esa es mi misión.

Supongo que notó que estaba ansioso, por que disimuladamente tomó mi mano y la acarició para calmarme.

-No te preocupes, se que no me dejarás sola.

No pude evitar no mirarla a los ojos, sonreía, me vi obligado a devolverle la sonrisa, ahora había algo peculiar en su mirada: sus ojos ya no estaban del verde esmeralda que solía tener siempre, sino que había cambiado a un ámbar muy bonito. Asentí y dejé que se levantara.

Caminó fuera del parque, Kurtx la siguió lentamente, por fin Alyxa notó su sombra y salió a correr, a el no le quedó de otra que seguirla. También me levanté y los seguí a un paso mas lento.

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Dominik tenía razón un tipo raro me seguía, luego de emprender carrera me dirigí al sector mas solo posible para poder darle lucha. Tal vez fuera mejor que yo, pero le faltaba algo que eran mis ganas por aplastarlo, el seguía ordenes de capturarme, yo podía dañarlo en cualquier momento.

Llegué a un punto perfecto y me detuve a sacar las armas sigilosamente, al voltearme lancé dos tiros en dirección a su cabeza, ambos los esquivó, era ágil, veamos si lo era tanto como yo. La adrenalina había empezado a correr por mis venas, tenía la necesidad de dañar a alguien y ahí estaba el, un blanco fácil para mis caprichos sangrientos.

Corrió hacia mi con una gran velocidad y me arañó la cara a la parte izquierda, di un par de pasos hacia atrás enfurecida y recuperándome del golpe. Y pasó, de nuevo, algo que no pensé que pasaría hasta controlarlo, pero saqué de la nada esta vez un hacha que atesté contra su espalda y que de nuevo esquivó. Si era muy ágil, tenía que acostumbrarme. Luego de esquivarme me lanzó una patada que hizo que cayera de rodillas al suelo y escupiera un poco, iba a darme un codazo en toda la espalda que evité lanzándome al piso y rodando a un lado. El tipo de  la nada y con mucha más facilidad sacó un puñal que iba a clavar en mi pecho, ¿cómo? No se, pero detuve el golpe agarrando sus muñecas. Y entonces recordé la pelea en la que lastimé a Dominik e hice lo mismo, pateé pero pareció no haber sentido. Me tomó del cuello y me estampillo contra la pared, sentí como un líquido salía de mi cabeza.

-No pensé que fueras a provocar tantos problemas -me dijo el hombre golpeándome una y otra vez contra el muro-.

Dominik se acercaba con algo en la mano, parecía que le iba a golpear en la cabeza.

-Por cierto -le dije y me  prestó atención-. Siempre asegúrate de que esté sola -me miró extrañada y luego Dominik le golpeó la cabeza con una roca gigante-.

Caí al suelo asfixiada Dominik se tiró de rodillas junto a mi, quedé inconsciente.

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En cierta forma estaba orgulloso, luchó bastante bien y la dio toda, pero el es un luchador experimentado y ella hace poco peleó de verdad contra alguien. Verla con la cara ensangrentada me hacía pensar que mi misión había fallado, reposaba en mis brazos agitada, su respiración apenas se estaba controlando, levanté su mochila y luego la cargué a ella entre mis brazos. La llevé a un pequeño hotel y renté una habitación para ambos. Dentro quité las sabanas de su cama y la recosté ahí, humedecí las toallas del baño y le limpié suavemente la herida, estaba mucho mejor. Era increíble, su poder de regeneración era el doble de potente que el mio y el de Axel.

La dejé allí durmiendo mientras me metía a la ducha a bañarme. Antes de venir me tocó clavarle el puñal en el corazón para que no se levantara nunca más. Con el fuera nos quedaría mas fácil acabar con el escuadrón que tenía atrapado a Axel.