008.

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Cinco.

Había dejado que Amelia se fuera, y no porque quisiera, si no que mi cabeza estaba completamente metida en encontrar el dueño del ojo que encontré en el apocalipsis, estaba seguro que él era el causante de todo el desastre.

[...]

Me encontraba en la dirección que nos había dado el hombre de la cafetería la noche de ayer, con mi prótesis ocular en mano, en este lugar fabricaban prótesis de cualquier tipo; de brazos, piernas, manos, incluso ojos. 

---¿Te ayudo en algo?

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---¿Te ayudo en algo?

Volteé a mis espaldas, se encontraba un hombre un poco mayor, con una bata del lugar puesta.

---Quiero saber de quién es esto.--- le comenté mientras me acercaba a él y le mostraba el ojo.

---¿De dónde lo sacaste?

---¿Qué te importa?--- le pregunté

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---¿Qué te importa?--- le pregunté.

El hombre me miro con una cara extrañada. Diablos, si quiero información, tengo que ser más "amable".

---Lo encontré...en un parque de hecho, supongo que...---hice un ruido con mi boca.---...debió salirse.--- el hombre me sonrió.--- Quiero devolvérselo a su dueño.

---Oh, eres muy amable.--- me comentó la recepcionista del lugar.

---Si...busca el nombre, ¿quieres?--- le pregunté, con una sonrisa sarcástica.

La mujer me vio extrañada.--- Lo siento, pero la información de los pacientes es confidencial. Significa que no puedo...

---Si, ya sé que significa.--- lo interrumpí.

---Pero, te diré que hacer; deja el ojo aquí conmigo y yo se lo devolveré al dueño.--- me aseguró el señor.--- Seguro que él o ella estarán muy agradecidos , así que...---el hombre trató de agarrar el ojo en mi mano, pero no se lo permití.

---No toques el ojo.--- le advertí.

---Escúchame bien, joven...

No deje que el sujeto terminara cuando lo tome del cuello de su bata, acercando su rostro al mío.

[1] Amelia | Número 5; The umbrella academy.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant