046.

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Amelia.

Cinco y yo habíamos logrado salir de la academia, pero muy apenas, ya que a solo segundas de pisar la acera afuera de la academia, esta colapso totalmente; los muros se rompieron totalmente, los vidrios de las ventanas explotaron, montones de cantidades de polvo tapaban nuestra vista.

Era todo un caos. 

---Tenemos que buscar al resto.--- le pedí al chico con preocupación, después de ver como nuestro hogar había quedado.

Cinco, quién se veía igual de sorprendido y preocupado que yo, solo asintió en mi dirección, mientras me ofrecía su mano para que pudiéramos caminar entre los escombros de la academia. Podíamos ver como algunas cosas se incendiaban, montones de ladrillos a nuestros pies y los muebles de la academia totalmente destrozados.

---¡Mamá!--- escuchamos a Diego gritar.--- ¡Klaus, ven acá y ayúdame a buscarla! 

Cinco y yo nos apresuramos en llegar con ellos, al menos sabíamos que 2 de nuestros hermanos seguían con vida. Al verlos a unos metros de distancia, vimos como Diego trataba de mover los escombros en busca de mamá, mientras Klaus lo frenaba.

---Diego.--- le habló número 4, mientras colocaba sus manos sobre los hombros de Diego.--- Detente, ya basta. 

---¡Suéltame el brazo!, ¿qué haces?--- le reclamó el chico cuchillos.

---Basta, ya no está.--- le hizo entrar en razón Diego.--- Se ha ido, ella...

---¿Y qué quieres hacer?--- le preguntó con enojo Diego.--- ¿Quieres...abandonar a mamá?

---No creo que haya sobrevivido a esto.--- le comenté con un nudo en la voz, cuando finalmente pudimos llegar hasta ellos. 

Diego nos miraba con el semblante serio, seguramente tratando de contener las miles de palabrotas que cruzaban por su mente, Klaus se miraba triste por la pérdida de mamá, faltaban Luther y Allison, pero y...

---¿Dónde esta Pogo?--- les pregunté a los dos con más preocupación en mi ser.

Cuando terminé mi pregunta, sentí cuando Cinco apretó levemente mi mano, y Diego y Klaus volteaban alrededor en busca del chimpancé, pero alguien interrumpió nuestros pensamientos.

---No sobrevivió.

Luther fue quién nos dio la información de nuestro chimpancé mayordomo, mientras salían de otra parte de los escombros junto con Allison, quien tenía una gasa cubriendo gran parte de su cuello. 

---¿Qu...qué?--- pregunté con mi voz temblorosa.

Primero padre, aunque él no fue nunca un buen padre para ninguno de nosotros, después mamá, a quién no podíamos salvar de entre los escombros, era imposible a que alguien sobreviviera a todo eso, pero ahora...Pogo. 

Él siempre fue el que estaba ahí para todos nosotros cuando eramos niños, al igual que mamá, y aún así tenía tiempo de trabajar junto con padre cuando él se lo solicitaba.

Ahora estábamos...solos.

---Vanya lo mató.--- contestó Luther con rudeza. 

---Pero Vanya no...---habló Diego, siendo interrumpido por número 1. 

---Lo vi.--- respondió el grandulón.--- justo antes de que pudiéramos salir. 

Sentía como mi respiración se aceleraba, ¿cómo se había atrevido a hacer todo esto? Después de todo...eramos familia.

---¿¡Alguien puede explicarme como es que Vanya tiene poderes después de todo!?--- exploté.

Casi nunca dejaba que alguien viera este lado de mí, quizá únicamente mis hermanos me vieron de esta manera, pero eso fue hace muchos años, cuando todos eramos niños. Pero cuando muchas cosas se acumulaban en mí, simplemente...explotaba.

---Papá nos lo oculto todo.--- habló Luther, después del silencio que se había hecho por algunos segundos que se sintieron eternos.--- Resulta que siempre tuvo poderes, capaces de...destruirnos a todos, por eso papá lo mantuvo en secreto por tanto tiempo, ella fue la que causó la herida de Allison.--- todos volteamos con la morena para ver como asentía levemente.--- Por eso la encerré en el sótano de la academia, pero al parecer no fue...la mejor idea de todas.

Todos quedamos en silencio, analizando la información que el grandulón nos había dado, todo era un completo caos, y eso que pensábamos que sería un día tranquilo después de todo. Pero, si Vanya tenía los poderes capaces de destruirnos a todos...¿y si ella era...

---Es hoy.--- escuché que murmuró Cinco por lo bajo, mientras sentía como su mano temblaba levemente, no se si por el miedo o por la impotencia del momento.

Esto era lo que me temía, habíamos estado equivocados todo este poco tiempo, nos habíamos confiado y ahora todo se estaba yendo a la mierda. 

---¿Qué?--- preguntaron el resto de nuestros hermanos.

---El apocalipsis sigue en curso.--- comentó el chico a mi lado, hablando en voz alta para que todos pudiéramos escucharlo.--- El mundo se acaba hoy.

---Tú dijiste que ya lo habíamos impedido.--- comentó Luther, mientras se acercaba más a nosotros. 

---Me equivoqué, ¿si?--- comentó el chico, mientras soltaba mi mano y tomaba un periódico que llevaba en el interior de su saco.--- Este periódico lo encontré en el futuro, el día en que llegué. El titular no ha cambiado.

---Eso no significa nada.--- comentó Diego, mientras negaba con su cabeza.--- El tiempo pudo alterarse desde que ese diario salió esta mañana.

---¿A caso no lo entiendes?--- le respondí rápidamente.

---No me estas escuchando.--- le comentó Cinco.--- Cuando lo encontré, supuse que este lugar había caído con todo lo demás. Pero aquí estamos: la luna aún brilla, la tierra sigue entera, pero la academia no. 

 Klaus se acercó al chico mientras le arrebataba el periódico tratando de leer lo que había en el. 

---Me confundes.--- comentó Klaus.

---Entonces escúchame, idiota.--- le respondió Cinco ya alterado.--- Vanya destruyó la academia antes del apocalipsis. 

---Creíamos que Jenkins era el causante, pero solo fue...el detonante.--- les comenté. 

---Y Vanya es la bomba.--- explicó Cinco.--- ¡Vanya causa el apocalipsis!

---Tenemos que buscarla.--- apoyó Luther, después de haber comprendido todo lo que les habíamos dicho. 

Escuchamos hélices de helicópteros cerca, sirenas policíacas también, cuando unas luces comenzaron a alumbrarnos, haciendo que todos nos alarmáramos.

---Tenemos que irnos, ya.--- mencionó Luther.--- Nos vemos en el SuperStar, ¡corran!

Mis hermanos comenzaron a correr en diversas direcciones, Cinco y yo solo asentimos para soltar nuestras manos, él se teletransporto y yo corrí a la velocidad de la luz al lugar donde nos comentó Luther. 

Claro, como yo no sabía donde quedaba ese lugar, corrí por toda la ciudad hasta encontrarlo, cosa que solo me tomo menos de 3 minutos,  dándome cuenta que se trataba de un boliche. Me adentré al lugar, renté los feos zapatos que te obligan a usar aquí, tenía que mantener la apariencia, y me senté en una de las sillas en espera de mis hermanos.

Y solo pensar que hace menos de unas cuantas horas Cinco y yo estábamos hablando sobre nuestro futuro.

Futuro que ahora esta en riesgo. 

[1] Amelia | Número 5; The umbrella academy.Where stories live. Discover now