038.

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Cinco.

Corrí detrás de Amelia, por lo cual pude alcanzarla en la estancia de la academia, al llegar con ella la tomé del brazo haciendo que volteara hacía mi, pudiendo ver su semblante serio.

---¿Qué es lo que pasa?--- le pregunte mientras acariciaba su rostro.

Ella solo soltó un suspiro.--- Es solo que... no estoy de humor para escuchar sobre padre. Y no es que no crea en Klaus sobre que lo haya visto.--- me confesó la chica.--- Pero es demasiado irónico que tantos años con nosotros nunca fue alguien que hablara o se tomara la molestia de estar con nosotros, ¿y justo tiene que hacerlo cuando el mundo va a acabar? Es realmente tonto y egoísta de su parte.

---Te comprendo, pero sabes como era padre.--- le recordé a Amelia.--- Sabes que era una mente muy difícil de comprender.

---Pero por más difícil que fuera, después de todo era nuestro padre, ¿no?--- preguntó la chica con algo de tristeza en su voz y mirada.

---Él nunca nos vio como hijos en verdad, solo eramos su experimento.--- le volví a recordar.--- Ni siquiera fue capaz de ponernos un nombre.

---Pero...¿en verdad tenía que ser tan cruel?--- preguntó la chica que retomó su semblante serio.--- Mandar a Luther a la luna por tanto tiempo, encerrar a Klaus en una habitación oscura cuando era pequeño para que pudiera controlar su poder, excluir a Vanya...quizá no eramos familia de sangre, pero tanto tiempo juntos...eramos solo niños.

Solté un suspiro de nuevo.---No es que quiera defenderlo, porque ambos compartimos la idea de que era un monstruo, pero él habrá tenido sus locas razones para hacerlo. Él solo quería...perfección, un equipo de superhéroes perfectos.

---Tienes razón.--- fue lo único que respondió la chica.

---¿Quieres volver?--- le pregunté a Amelia mientras señalaba con mi pulgar hacía atrás.

---Creo que...descansaré un poco, ¿podrías decirme lo que les diga Klaus sobre su convivencia con padre?--- me pidió la chica, con una sonrisa leve en su rostro.

---De acuerdo.--- le murmuré mientras ahora acariciaba su mano.--- En unos momentos más iré para hacerte compañía, ¿esta bien?

---Me parece perfecto.--- me respondió con una sonrisa más amplia.

Soltamos nuestras manos lentamente, mientras veía como Amelia retomaba su camino hacía las escaleras principales de la academia, mientras la observaba subir los escalones levemente, y cuando pude perderla de vista, ahora si regresé con mis hermanos.

[...]

Regresé a la cocina con paso tranquilo, mientras pasaba mis manos por mi cabello, no me apuraba que mis hermanos estuvieran hablando sobre lo que Klaus nos confesó, si querían hacer un plan deberían de esperarme, ¿no?

Cuando finalmente llegué a la cocina, pude notar como mis hermanos seguían en la misma posición que antes; Luther con sus manos agarrando su cabeza probablemente de una jaqueca, Klaus tomando un sorbo de su café como si no hubiera pasado nada. Obtuve las miradas de ambos al llegar, sin Amelia, por lo que me miraban interrogantes.

---Se sentía algo cansada.--- les comenté, no me importaba mentirles.--- Pero no es nada malo, ella esta bien.--- finalicé mientras tomaba mi asiento nuevamente.

---No tengo tiempo para tus juegos Klaus, al igual que Amelia.--- respondió Luther, mientras hacía un intento de levantarse de su silla.

---No, estoy diciendo la verdad Luther.--- le respondió número 4.

---¿Por qué lo hizo?--- le pregunté con seriedad.

---Dijo que era el único modo de de juntarnos en casa de nuevo.--- confesó Klaus.

---Y no estaba tan equivocado.--- murmuré por lo bajo.

Sabía que el viejo era capaz de cualquier cosa, aunque siempre había un límite, límite que papá quizá no conocía. ¿Suicidarse?, ¿en verdad tenía que llegar hasta ese punto? 

---Papá no se suicidaría.--- contraatacó Luther.

---Tú dijiste que estaba deprimido.--- le comenté el grandulón, obteniendo su atención.--- Se encerraba en su oficina día y noche.

---No habían señales.--- explicó número 1.--- Los suicidas muestran ciertas tendencias, comportamientos extraños.

---Como enviar a alguien a la luna sin razón alguna.--- le atacó Klaus.

---Te juro que si estas mintiendo...--- lo amenazó el grandulon.

---¡No miento!--- se defendió nuestro hermano.

---El Sr. Klaus no esta mintiendo.--- habló otra voz.

Volteé hacía mis espaldas, para ver como Pogo iba entrando a la cocina a paso lento con ayuda de su fiel bastón. 

---Con pesar...ayudé al señor Hargreeves a llevar a cabo su plan.--- nos confesó el chimpancé. 

Eso fue algo que a los tres nos tomo por sorpresa, ¿Pogo había sido cómplice de papá en todo este loco..."plan"?

---¿Qué?--- preguntó entre sorprendido y dolido Luther.

---Al igual que Grace.--- continuó hablando Pogo.--- Fue una decisión difícil para ambos...más difícil de lo que pueden imaginar. Antes de la muerte de su padre, la programación de Grace fue ajustada para que fuera incapaz de administrar primeros auxilios en esa fatídica noche. 

---Maldito enfermo.--- no pude evitar hablar.

---¿y la cinta de seguridad que vimos Amelia, Allison y yo?--- preguntó Luther, con un semblante serio mientras miraba fijamente a la mesa de la cocina.

---Fue hecha para que pensaran que fue un asesinato.--- respondió con sinceridad Pogo.--- Su padre esperaba que estar de vuelta aquí, resolviéndolo juntos, haría que vuelvan a querer ser equipo.

---¿Con qué fin?--- finalmente pregunté.

---Para salvar al mundo, por supuesto.--- explicó el chimpancé.

---Primero la misión en la luna y ahora esto.--- murmuró enojado Luther, mientras que Klaus soltaba risas sarcásticas.--- Me viste buscar respuestas y no dijiste nada.--- le reclamó número 1.

Vimos como Pogo agachó levemente su cabeza algo triste, sin poder contestarle al grandulon, aunque no lo culpo, él siempre fue fiel a papá, y quizá el hombre le pidió no decir nada hasta que fuera el momento adecuado.

---¿Algo más que quieras compartir, Pogo?, ¿algún otro maldito secreto?--- le reclamó nuevamente Luther mientras levantaba su tono de voz.

---Tranquilízate, Luther.--- le pidió Klaus. 

---No, no me voy a calmar.--- gritó número 1.--- Hemos sido engañados por la única persona en esta familia en quién confiábamos. 

---Fue el último deseo de su padre, Sr. Luther.--- explicó Pogo.

Lo sabía, Pogo no haría nada si Reginald no se lo hubiera pedido, si por el chimpancé fuera, él nos hubiera contado de todo este plan estúpido desde hace mucho tiempo antes. 

Todo esto se esta yendo a la mierda, más de lo que esperaba. Y aún falta que le cuente todo esto a Amelia.

[1] Amelia | Número 5; The umbrella academy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora