Capítulo 15

176 30 22
                                    


Como era habitual, cuando regresaron al campamento Kolia ya tenía listo el almuerzo, así que, en cuanto terminaron de comer, recogieron las tiendas y cargaron el trineo en un tiempo récord.

Salvo el contratiempo con el oso por la mañana, hasta ese momento la expedición se había desarrollado sin incidentes. Sin embargo, las cosas empezaron a torcerse poco después; al parecer, los hados se habían cansado de su benevolencia. Llevaban una hora de camino más o menos cuando Quikil, cuya moto cerraba la marcha, tomó una curva un poco cerrada a más velocidad de la debida y el trineo derrapó ligeramente, con tan mala fortuna que uno de los patines golpeó contra una roca semioculta bajo la nieve y se partió por la mitad.

El grito de advertencia del rastreador se escuchó con nitidez por encima del ruido de los motores. Neil ordenó detener la marcha en el acto y dio media vuelta para evaluar los daños. Tras examinar el trineo detenidamente llegó a la conclusión de que arreglarlo resultaba inviable, por lo que repartieron la carga entre las motos lo mejor que pudieron y lo abandonaron allí mismo.

Aquel contratiempo les hizo perder más de media hora. Cuando al fin detuvieron las motos varios kilómetros al sur, Neil examinó con atención el cielo en el que habían aparecido unas nubes amenazadoras, aunque aún muy lejanas, y decidió que sería mejor que Quikil y Kolia continuaran directamente al campamento y se encargaran de hacer los preparativos necesarios para enfrentarse a la tormenta mientras ellos terminaban de grabar.

Una vez que los dos hombres se pusieron de nuevo en camino, se volvió hacia Susan:

-Ahí los tienes, Susy .-señaló el lugar donde varios millares de patos blancos y negros cubrían casi por completo más de medio kilómetro de la superficie congelada del lago―, una animada reunión de Bucephala clangula o porrón osculado.-

-¡Terry vete directo hacia aquel grupo de pájaros, quiero filmarlos alzando el vuelo! .-ordenó Susan, excitada―. ¡Va a ser una toma espectacular!-

-¡Acuérdate de mantenerte siempre en el lado derecho de esos arbustos! .-le recordó Neil, quien ya les había advertido en numerosas ocasiones de la fragilidad de la capa de hielo que cubría los lagos al llegar la primavera.

El pelinegro alzó el pulgar y se alejó a toda velocidad hacia la impresionante aglomeración de aves que, en cuanto percibieron la amenaza, alzaron el vuelo al unísono en un remolino de alas y estridentes silbidos de pánico. Por unos instantes, el cielo se oscureció casi por completo en una imagen llena de belleza salvaje.

Consciente de que la toma había sido todo un éxito, Terry volvió hacia donde le esperaba el resto de la expedición y al comprobar que todas las miradas estaban clavadas en él no pudo resistirse y olvidadas las advertencias de Neil, empezó a hacer arriesgados derrapes de un lado a otro de la llanura congelada.

Candy tuvo la impresión de que el tiempo se encasquillaba y empezaba a avanzar al ralentí. Primero escuchó el grito de advertencia de Neil, seguido por el chillido de pánico de Susan y el suyo propio, aunque este ni siquiera llegó a salir de su garganta. Unos segundos después, uno de los patines de la moto se hundía en el interior de la grieta que acababa de abrirse en la capa de hielo, igual que la boca de un monstruo de dentadura afilada.

Haciendo alarde de unos reflejos notables, Terry se arrojó de la moto en un intento desesperado de evitar que lo arrastrara con él al fondo del lago y rodó varias veces sobre la superficie helada antes de detenerse por fin.

-¡No te levantes!.- Neil corría a toda velocidad hacia él, pero, aturdido aún por el fuerte impacto contra el suelo congelado, el otro no le oyó, Terry se levantó con dificultad; tan solo había dado un par de pasos tambaleantes, cuando un nuevo boquete se abrió bajo sus pies y lo engulló casi por entero. De manera casi milagrosa, en el último segundo logró aferrarse a un pedazo de hielo que aún no se había desgajado de la placa principal y permanecer a flote.

ODIO A PRIMERA VISTAWhere stories live. Discover now