9. Veelas and leprechauns

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VEELAS Y LEPRECHAUNS
 
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—Damas y caballeros...¡bienvenidos! ¡Bienvenidos a la cuadringentésima vigésima segunda edición de la Copa del Mundo de quidditch!

Los espectadores gritaron y aplaudieron. Ondearon miles de banderas, y los discordantes himnos de sus naciones se sumaron al jaleo de la multitud. El enorme panel que tenían enfrente borró su último anuncio (Grageas multisabores de Bertie Bott: ¡un peligro en cada bocado!) y mostró a continuación:

BULGARIA: 0; IRLANDA: 0.

—Y ahora, sin más dilación, permítanme que les presente a... ¡las mascotas del equipo de Bulgaria!

Annie se preguntó que tipo de mascotas tendrían los magos.

—Me pregunto qué habrán traído —dijo el señor Weasley, inclinándose en el asiento hacia delante—. ¡Aaah! —De pronto se quitó las gafas y se las limpió a toda prisa en la tela de la túnica—. ¡Son veelas!

Annie no tenía idea de lo que eran las veelas, hasta que aparecieron en el campo y sus preguntas fueron respondidas.

Las veelas eran mujeres, las mujeres más hermosas que Annie hubiera visto nunca... pero no eran (no podían ser) humanas. Esto la desconcertó por un momento, mientras trataba de averiguar qué eran realmente: qué podía hacer brillar su piel de aquel modo, con un resplandor plateado; o qué era lo que hacía que, sin que hubiera viento, el pelo dorado se les abriera en abanico detrás de la cabeza.

En aquel momento la música empezó y comenzaron a bailar.

Annie se fijó a su alrededor y los hombres, parecían hipnotizados, lo que la desconcertó.

Ron estaba con los ojos muy abiertos sin parpadear, al igual que los gemelos.

Hermione tenía una expresión de desagrado en la cara, observando el espectáculo frente a ella.

—¿Porqué Ron parece más idiota de lo normal? —preguntó Harry, confuso.

Annie rápidamente se giró, mirándolo confundida.

—¿Cómo es que tu..?

—¿Qué cosa?

Hermione les echó un vistazo y al ver a Harry hablar normalmente con Annie, quiso brincar y chillar por todo el estadio.

—¿Porqué no estás como Ron?

—¿Cómo? ¿Así de idiota como está en este momento? —preguntó aún más confundido.

—Todos están así —dijo Annie señalando a todos. El único no tan afectado era el señor Weasley, que luchaba internamente, según Annie.

Cuando la música terminó, el estadio se llenó de quejidos y protestas. Ron, hacía pedacitos su sombrero de trébol.

—Lamentarás haberlos roto en cuanto veas a las mascotas de Irlanda —le dijo.

—¿Eh? —musitó Ron, mirando con la boca abierta a las veelas, que acababan de alinearse a un lado del terreno de juego.

Hermione chasqueó fuerte la lengua. Ya le pediría una explicación detallada de lo que eran.

—Y ahora —bramó la voz de Ludo Bagman— tengan la bondad de alzar sus varitas para recibir a... ¡las mascotas del equipo nacional de Irlanda!

En aquel momento, lo que parecía ser un cometa de color oro y verde entró en el estadio como disparado, dio una vuelta al terreno de juego y se dividió en dos cometas más pequeños que se dirigieron a toda velocidad hacia los postes de gol. Repentinamente se formó un arco iris que se extendió de un lado a otro del campo de juego, conectando las dos bolas de luz.

Annie y el Cáliz de FuegoWhere stories live. Discover now