14. Soaked

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   EMPAPADOS
 

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La lluvia se hacía aún más y más intensa conforme el tren avanzaba hacia el norte. El cielo estaba tan oscuro y las ventanillas tan empañadas que hacia el mediodía ya habían encendido las luces. El carrito de la comida llegó traqueteando por el pasillo. Annie saltó del asiento y buscando unas monedas, salió al pasillo junto a Harry.

Compró unas empanadas y un jugo de calabaza. Al darse vuelta para volver a su compartimiento, vió a una pequeña niña observando por la ventana, abrazándose a si misma, con un baúl y un pequeño gatito.

Annie la observó curiosa, intuyó que no había encontrado un lugar, por lo que decidida, le dio su comida a Harry para que la cuidara y fue directo a la niña.

—Hey, hola —saludó. La niña se sobresaltó y volteó. Era muy bonita. Mejillas un poco rosadas, ojos azules y cabello un poco rojizo— ¿Cómo te llamas?

La niña frunció el ceño, pero aún así respondió— Annissa.

—Yo me llamo Annie —sonrió— ¿no tienes lugar donde quedarte?

Anissa negó, sus mejillas sonrojándose.

—Ven conmigo. En mi compartimento hay lugar de sobra. A mis amigos no les molestará.

—¿De verdad? —preguntó con esperanza, haciendo a Annie sonreír de la ternura.

—Si, de verdad. Ven —Annie tomó el baúl y Anissa agarró al pequeño gatito— ¿cómo se llama?

—Copito.

—Lindo nombre.

Annie abrió la puerta del compartimento. Los tres la observaron confundidos, pues traía un baúl.

—¿De quién es eso? —preguntó Ron.

—Una nueva amiga —sonrió. Acomodó el baúl en el portaequipaje. Hizo una seña a Annissa que seguía afuera. La niña entró tímida— chicos, ella es Annissa

—Hola —saludó Hermione alegremente. Ron masculló algo que no entendió, pues tenía la boca llena. Harry le dio una pequeña sonrisa.

—Ven, siéntate —Annie se sentó al lado de Harry, con Annissa a su izquierda-— ella es Hermione, mi mejor amiga, él es Ron, mi mejor amigo y él es Harry, mi novio.

Annissa los veía con timidez y curiosidad— Hola.

—¿Es tu primer año? —preguntó Hermione.

La niña asintió.

—Recuerdo el primer año —rió Annie— hace tres años que los conocí.

—Es verdad —comentó Hermione.

Harry sonrió y le enseñó la pulsera que Annie le había regalado.

—¡Es hermosa! —chilló Hermione— ¿Tú se la regalaste? —preguntó a la castaña.

—Si. Aunque hubiera querido algo mejor, pero nada me convencía. Pero gracias a papá Harry pudo decidir qué grabar en ella. Bueno, papá le pidió el favor a Remus.

—Me gustó mucho —dijo Harry besando su mejilla.

—¿Otra vez? —se quejó Ron— ¿que no saben otra cosa que andar de cursis por ahí?

Annissa rió.

—Cuéntanos de ti, Issa —dijo Annie.

La niña se quedó pensando— No hay mucho qué hablar sobre mi... crecí en un orfanato, nunca conocí a mis padres —se encogió de hombros.

Annie y el Cáliz de FuegoWhere stories live. Discover now