22. Harry Potter

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HARRY POTTER

Despertaron temprano al día siguiente. O más bien, Annie fue obligada a salir de su cómoda cama por Hermione. Cuando llegaron al Gran Comedor, observaron que había bastante gente como para ser una mañana de sábado. Todos observaban el cáliz.

Lo habían colocado en el centro del vestíbulo, encima del taburete sobre el que se ponía el Sombrero Seleccionador. En el suelo, a su alrededor, una fina línea de color dorado formaba un círculo de tres metros de radio.

—¿Ya ha dejado alguien su nombre? —le preguntó Ron algo nervioso a una de tercero.

—Todos los de Durmstrang —contestó ella—. Pero de momento no he visto a ninguno de Hogwarts.

—Seguro que lo hicieron ayer después de que los demás nos acostamos —dijo Harry—. Yo lo habría hecho así si me fuera a presentar: preferiría que no me viera nadie. ¿Y si el cáliz te manda a freír espárragos?

Alguien se rió detrás de ellos. Vieron a Fred, George y Lee bajar por la escalera, luciendo nerviosos.

—Ya está —les dijo Fred a Harry, Ron Annie y Hermione en tono triunfal—. Acabamos de tomárnosla.

—¿El qué? —preguntó Ron.

—La poción envejecedora, cerebro de mosquito —respondió Fred.

—Una gota cada uno —explicó George, frotándose las manos con júbilo—. Sólo necesitamos ser unos meses más viejos.

—Si uno de nosotros gana, repartiremos el premio entre los tres —añadió Lee, con una amplia sonrisa.

—¿Están seguros de que funcionará? —inquirió Annie.

—No. Pero vale la pena intentar —se encogieron de hombros.

Annie negó con una sonrisa y se colocó al lado de Harry, quien la abrazó por la cintura con su brazo derecho.

Fred avanzó lentamente hacia el círculo dorado que había en el piso. Se balanceó sobre la punta de sus pies y dio un paso dentro de la línea.

Annie se sorprendió al notar que no había pasado nada. George profirió un grito de triunfo y avanzó tras Fred.

Pero al momento siguiente se oyó un chisporroteo, y ambos hermanos se vieron expulsados del círculo dorado. Cayeron contra el suelo y al instante se escuchó un "¡plin!"  y a los dos les salió de repente la misma barba larga y blanca.

En el vestíbulo, todos prorrumpieron en carcajadas. Incluso Fred y George se rieron al ponerse en pie y verse cada uno la barba del otro.

-Se los advertí -dijo la voz profunda de alguien que parecía estar divirtiéndose, y todo el mundo se volvió para ver salir del Gran Comedor al profesor Dumbledore-. Les sugiero que vayan los dos a ver a la señora Pomfrey. Está atendiendo ya a la señorita Fawcett, de Ravenclaw, y al señor Summers, de Hufflepuff, que también decidieron envejecerse un poquito. Aunque tengo que decir que me gusta más su barba que la que les ha salido a ellos.

Fred y George salieron para la enfermería acompañados por Lee, que se partía de risa, al igual que los chicos.

Habían cambiado la decoración del Gran Comedor. Como era Halloween, una nube de murciélagos vivos revoloteaba por el techo encantado mientras cientos de calabazas lanzaban macabras sonrisas desde cada rincón. Se encaminaron hacia donde estaban Dean y Seamus, que hablaban sobre los estudiantes de Hogwarts que tenían diecisiete años o más y que podrían intentar participar.

—Corre por ahí el rumor de que Warrington se ha levantado temprano para echar el pergamino con su nombre —le dijo Dean a Harry—. Sí, hombre, ese tipo grande de Slytherin que parece un oso perezoso...

Annie y el Cáliz de FuegoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon