24. The kiss

17.8K 1.6K 1.8K
                                    

EL BESO

Annie estaba de verdad preocupada por Harry, el pobre no la estaba pasando nada bien.

Todos en el castillo lo ignoraban y volteaban la cara, acusándolo de ser un tramposo, en especial los de Hufflepuff, acusando de querer quitarle la gloria a su campeón, cosa que Annie consideró estúpida.

En esos momentos se encontraban en clase de Criaturas Mágicas y como no, Malfoy molestando.

—¡Ah, miren, es el campeón! —les dijo a Crabbe y Goyle en cuanto llegaron a donde él podía oírlos—. ¿Han traído el libro de autógrafos? Tienen que darse prisa para que se los firme, porque no creo que dure mucho: la mitad de los campeones murieron durante el Torneo. ¿Cuánto crees que vas a durar, Potter? Mi apuesta es que diez minutos de la primera prueba.

Crabbe y Goyle le rieron la gracia a carcajadas, pero Malfoy tuvo que dejarlo ahí porque Hagrid salió de la parte de atrás de la cabaña con una torre bamboleante de cajas, cada una de las cuales contenía un escreguto bastante grande.

Hagrid les explicó que la razón de que los escregutos se hubieran estado matando unos a otros era un exceso de energía contenida, y la solución sería que cada alumno le pusiera una correa a un escreguto y lo sacara a dar una vuelta. Lo único bueno de aquello fue que acaparó toda la atención de Malfoy.

—¿Sacarlo a dar una vuelta? —repitió con desagrado, mirando una de las cajas—. ¿Y dónde le vamos a atar la correa ¿Alrededor del aguijón, de la cola explosiva o del aparato succionador?

—En el medio —dijo Hagrid, mostrándoles cómo—. Eh... tal vez deberían ponerse antes los guantes de piel de dragón, por si acaso. Harry, ven aquí y ayúdame con este grande...

Annie se acercó temerosamente a un escreguto e intentó atar la cuerda.

Aquella sería una larga clase.

(...)

—No te desanimes.. —comentó Annie tomada de su brazo en camino a Pociones. Había tenido una desastrosa clase de Encantamientos, donde no pudo realizar el encantamiento convocador.

—De verdad que no es tan dificil, Harry —le decía Hermione para animarlo, al salir de la clase. Ella había logrado que los objetos fueran zumbando a su encuentro desde cualquier parte del aula, como si tuviera algún tipo de extraño imán que atraía borradores, papeleras y lunascopios—. Lo que pasa es que no te concentrabas.

—¿Por qué sería? —contestó Harry con amargura.

Cuando llegaron a la puerta de la mazmorra de Snape se encontraron a los de Slytherin que esperaban fuera, cada uno con una insignia bien grande en la pechera de la túnica.

Annie vio que todas mostraban el mismo mensaje en caracteres luminosos rojos, que brillaban en el corredor subterráneo apenas iluminado:

Apoya a CEDRIC DIGGORY:
¡el AUTÉNTICO campeón de Hogwarts!

—¿Te gustan, Potter? —preguntó Malfoy en voz muy alta, cuando Harry se aproximó—. Y eso no es todo, ¡mira!

Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje desapareció para ser reemplazado por otro que emitía un resplandor verde: POTTER APESTA

Los de Slytherin berrearon de risa. Todos apretaron su insignia hasta que el mensaje POTTER APESTA brilló intensamente por todos lados.

—¡Derrochan ingenio, Parkinson! —exclamó Annie roja de furia— ¿porqué no lo usas en cosas que no sean estúpidas? Ah, ya lo sé. Porque eres estúpida.

Annie y el Cáliz de FuegoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon