34. Sirius

14.3K 1.3K 1K
                                    

SIRIUS

Había empezado marzo, y el tiempo se hizo más seco, pero un viento terrible parecía despellejarles manos y cara cada vez que salían del castillo.

Había retrasos en el correo porque el viento desviaba a las lechuzas del camino.

Harry recibió una lechuza de Sirius aquella ventosa mañana.

Vayan al paso de la cerca que hay al final de la carretera que sale de Hogsmeade (más allá de Dervish y Banges) el sábado a las dos en punto de la tarde. Lleven toda la comida que pueden.

—¡No habrá vuelto a Hogsmeade! —exclamó Ron, sorprendido.

—Eso parece —observó Hermione.

—No puedo creerlo —dijo Harry muy preocupado—. Si lo atrapan...

—Hasta ahora no lo han conseguido —le recordó Ron—. Y el lugar ya no está lleno de dementores.

Harry dobló la carta, pensando. Ese día era su segundo aniversario con Annie, pero a la vez, quería ver a Sirius.

Annie lo observó y dedujo lo que el pelinegro estaba pensando.

—Vayamos con él, ya podremos celebrarlo otro día —lo tranquilizó.

Harry asintió.

Iban de camino a la última clase de la tarde, que desafortunadamente era pociones. Malfoy, Crabbe y Goyle habían formado un corrillo a la puerta de la clase con la pandilla de chicas de Slytherin a la que pertenecía Pansy Parkinson.

Todos miraban algo que Annie no alcanzó a distinguir, y se reían por lo bajo con muchas ganas. La cara de Pansy asomó por detrás de la ancha espalda de Goyle y los vio acercarse.

—¡Ahí están, ahí están! —anunció con una risa tonta, y el corro se rompió. Pansy tenía en las manos un ejemplar de la revista Corazón de bruja. La foto con movimiento de la portada mostraba a una bruja de pelo rizado que sonreía enseñando los dientes y apuntaba a un bizcocho grande con la varita.

—¡A lo mejor encuentras aquí algo de tu interés, Roberts! —dijo Pansy en voz alta, y le tiró la revista a Annie, que la atrapó algo sobresaltada.

En aquel momento se abrió la puerta de la mazmorra, y Snape les hizo señas de que entraran. Los cuatro se encaminaron hasta sus pupitres al final de la mazmorra.

En cuanto Snape volvió la espalda para escribir en la pizarra los ingredientes de la poción de aquel día, Annie se apresuró a hojear la revista bajo el pupitre. Al fin, en las páginas centrales, encontró lo que buscaba.

Harry y Ron se inclinaron un poco para ver mejor. Una fotografía en color de Harry encabezaba un pequeño artículo titulado «La pena secreta de Harry Potter»:

Tal vez sea diferente. Pero, aun así, es un muchacho que padece todos los sufrimientos típicos de la adolescencia, nos revela Rita Skeeter. Privado de amor desde la trágica pérdida de sus padres, a sus catorce años Harry Potter creía haber encontrado consuelo en Hogwarts en su novia, Annette Roberts, una muchacha hija de muggles. Poco sospechaba que no tardaría en sufrir otro golpe emocional en una vida cuajada de pérdidas.

La señorita Roberts, al parecer no es suficiente para Harry Potter, pues desde la llegada a Hogwarts, éste se ha visto algún tiempo con la compañía de Hermione Granger, otra muchacha hija de muggles. Al parecer, la señorita Roberts debería andarse con cuidado, pues en cualquier momento podría ser dejada y su fama acabada.

Según fuentes externas, está puesto en duda si aquella es una relación real o nuestro querido participante está bajo una poción de amor.

Annie y el Cáliz de FuegoWhere stories live. Discover now