xi. La prueba

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Desperté por la alarma de Clint, pero este se limitó a apagarla mientras gruñía

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Desperté por la alarma de Clint, pero este se limitó a apagarla mientras gruñía. Su calor envolvía mi cuerpo desnudo mientras me abrazaba por la cintura. Me giré a mirarlo, había vuelto a cerrar los ojos para intentar volver a dormirse. Yo no podía volver a conciliar el sueño.

Aún no me hacía la idea de que le hubiera dado mi virginidad a Clint Barton, pero aquello ya no importaba: ahora mi problema era lidiar con Nick. Porque había supuesto que Barton y yo no volveríamos a encontrarnos así, y menos que nos acostaríamos y que nos dijéramos que nos amábamos; y yo esa misma tarde tenía una reunión con Fury para decirle que quería irme de S.H.I.E.L.D. tras esta misión. Ahora ya no estaba tan segura. Sentí los labios de Clint en mi frente y su mano recorrió mi espalda.

—Buenos días, preciosidad.

Su voz ronca me hizo sonrojar, así que me limité a acercarme más a su pecho en la cama.

—Buenos días, arquero.

—¿Qué pasa? Ayer no estabas tan tímida.

Se empezó a reír de mí y yo le callé con un besó. No podía irme; ¿cómo le podía dejar atrás?

—¿Tienes resaca? —le sonreí y él me acarició la mejilla mientras negaba.

—Qué va, ayer me quitaste el alcohol de las venas.

Comencé a reírme yo y él se levantó de la cama para ponerse unos calzoncillos. Yo salí de la cama también y me puse la ropa interior y una de sus camisetas.

Me acerqué a la puerta tras recoger mi vestido.

—¿A dónde vas? —me preguntó.

—A darme una ducha: deberías de hacer lo mismo.

—Vale —asintió—, te espero para desayunar.

Recogí los tacones que había dejado en la puerta la noche anterior y entré en mi habitación y salté en la ducha directamente. Después me puse unos vaqueros y una camiseta blanca. Clint y yo salimos de nuestras habitaciones a la vez. Llevaba puesta una camiseta negra, una chupa de cuero y sus pantalones de siempre. Me revolvió el pelo y me dio un beso, y caminamos hacia la cocina, en la cual no había nadie. Empecé a contarle historias de mi reclusión en Oregón mientras él nos hacía café y yo unas tostadas.

FELT IT ━ Clint BartonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora